Las obras pendientes para terminar la urbanización de Aigua Blanca IV de la playa de Oliva se han convertido en el principal obstáculo de la negociación, que todavía no se ha iniciado, entre el PSOE y el Bloc de Oliva para presentar una moción de censura a la alcaldesa del PP, Chelo Escrivà. Así lo ratificaron ayer a Levante-EMV, dirigentes de ambos partidos políticos que, hace una semana, no evitaron la expresión "moción de censura" tras abandonar un pleno porque la alcaldesa retiró la palabra al portavoz del Bloc, David González.

Aigua Blanca IV es, de hecho, un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento de Oliva, y especialmente para PSOE y Bloc, los dos grupos políticos que han gobernado juntos los últimos ocho años. Aún lo es más para los propietarios, que sin ser responsables sufren la paralización de las obras. Y ahora Aigua Blanca IV puede ser el argumento que evite la formalización de un gobierno local que pondría fin a ocho meses de gestión del PP. La clave está en cómo y cuándo se tienen que finalizar las obras de urbanización. En un comunicado emitido ayer, el PSOE señala que "está dispuesto" a llegar un acuerdo de gobierno con el Bloc, pero añade que siempre "bajo los criterios de legalidad, transparencia, lealtad y estabilidad en el trabajo conjunto". Más adelante, los socialistas reconocen que las obras de Aigua Blanca IV son "uno de los puntos que se tienen que aclarar antes de sentarse a debatir un acuerdo de gobierno", y concluyen que "toda postura diferente a la legalidad es y será innegociable".

Con esa expresión, el PSOE deja claro que la urbanización de Aigua Blanca IV no puede acometerse mientras no se aclare el embrollo administrativo y judicial pendiente. Las obras están paralizadas, en parte, porque existen litigios a raíz de la quiebra de la empresa que acometió los trabajos. El Bloc considera que el ayuntamiento debe impulsar la fórmula para acometer a la mayor brevedad la finalización de las obras.