Los gestores de la Cooperativa Eléctrica de Alginet han recibido propuestas hasta de Canarias para suministrar electricidad después de que la Comisión Nacional de la Energía (CNE) haya certificado que la cooperativa ribereña ofrece uno de los precios más económicos de España. "Pero no nos llega el cable para enviarla a Canarias", explica con ironía el presidente de la entidad, Salvador Escutia.

Realmente, su mercado se circunscribe a sus 6.000 asociados, todos ellos de Alginet, el 97% de los vecinos de la localidad. En la actualidad, un usuario de Alginet paga un 20% menos de recibo eléctrico que cualquier otro vecino de la comarca, salvo de Guadassuar, donde opera otra cooperativa eléctrica, aunque más modesta.

Hace unos meses la cooperativa de Alginet llegó a vender la electricidad un 24,6% más barata que las grandes compañías, una cifra que varía cada tres meses. "Es de los pueblos de España con la energía más barata", afirma su presidente, Salvador Escutia. "Si no el que más pocos habrán", añade.

Además, la cooperativa, que el año pasado registró unos beneficios superiores a los 1,5 millones, ofrece subvenciones a jubilados que viven solos y a muchos de ellos el recibo les llega a salir gratis muchos meses. El año pasado cada uno de los vecinos de más edad socios de la cooperativa, aproximadamente un millar, recibió un cheque de 100 euros, cien mil euros en total. Con la rebaja, un jubilado de Alginet paga la mitad que cualquier otro de la comarca.

Ni la crisis ha afectado a la entidad y aunque 2011 ha sido el peor año desde que comenzaron las turbulencias económicas, los beneficios no han caído. "No existe una caída en picado porque en términos energéticos es muy complicado que se produzca; aunque haya crisis se consume energía, se ha notado que las empresas no hacen horas extra, que la gente se preocupa por evitar consumos desorbitados y tiene en cuenta el gasto, pero la caída es escasa", señala el responsable de la entidad.

Casi un siglo de existencia

Las cooperativas eléctricas nacieron en los años 30 del pasado siglo. La antigua Iberdrola no era capaz de llegar a todos los rincones del país porque no le era rentable y muchas poblaciones -en España llegaron a existir más de mil cooperativas- se asociaron para llevar las líneas eléctricas a los municipios más pequeños. Con el paso de los años y superada la postguera se disparó el consumo de energía y las cooperativas que lograron subsistir hasta 2006 se encontraron con una ley que liberalizaba el mercado. Desde entonces, el negocio consiste en tratar de comprar lo más barato posible en una especie de bolsa donde productores y clientes pujan cada día.

Además, Alginet se convertirá en pocas semanas en la única cooperativa eléctrica de España con subestación en propiedad. En los últimos años, la cooperativa ha recibido premios de la Unión Europea por la implantación de sistemas electrónicos de lectura de los contadores. "Tenemos un control exacto con una curva de cada 15 minutos. Si un cliente se levanta al baño por la noche, los sistemas electrónicos lo controlan", explican. "Estamos en pruebas, pero dentro de poco será posible que cada cliente controle cuando quiera a través de internet en tiempo real el consumo que tiene su vivienda hasta el último céntimo, con datos cada cuarto de hora", anuncian desde la compañía eléctrica, la mayor de la comarca.

"El beneficio social prima sobre el negocio"

La cooperativa no olvida su vertiente social y el año pasado repartió 600.000 euros. "Nosotros no miramos por el negocio puro y duro", explica el presidente. "Hacemos auditorias cada año, de aquí no sale un euro si no está acreditado", dice. La cooperativa también subvencionó una parte de los libros de educación primaria y secundaria, unos 50.000 euros, y dio dinero para material escolar y las ayudas se tienen que gastar obligatoriamente en Alginet. "Esto es como una economía cerrada, todos los beneficios tienen que revertir en Alginet". Incluso, como una especie de banco local, da prestamos para financiar a emprendedores y para el autoempleo de parados. En unas semanas será la única con subestación eléctrica. c. alós alginet