La iglesia de San Miguel Arcángel de Altura se convirtió ayer en un auténtico hervidero de gente que no quiso perderse la presentación del Plan Director de ordenación del entorno y restauración del Santuario de la Cueva Santa. Un acto presidido por el obispo de la diócesis de Segorbe-Castelló, Casimiro López Llorente, y las autoridades locales y comarcales.

Pese a lo ambicioso del proyecto, que prevé recuperar de forma integral el santuario mariano, fuentes oficiales confirmaron que por el momento el proyecto no pasará del papel, dado que "ni está previsto ejecutarlo en un corto plazo de tiempo, ni cuenta con la financiación necesaria para llevarlo a cabo". Tal y como ha confirmado uno de los arquitectos que han diseñado el plan, Joan Figuerola, la actuación total, dividida en cinco etapas, supondría una inversión total de aproximadamente 24 millones, 5 por cada etapa. Sin embargo, el propio arquitecto destacó ayer que la ejecución de la primera de las etapas, que incluye la restauración del santuario en sí, la hospedería aledaña al mismo y la recepción y nuevos accesos, marcará el desarrollo del resto del proyecto. La actuación que incluye la mejora de estos edificios, según ha estimado el arquitecto, supondría una inversión de "unos siete millones de euros, aunque con tan sólo dos millones se podría salvar lo más importante, para evitar pérdidas irreparables".

El proyecto, en el que se ha estado trabajando durante más de cinco años, pretende remodelar el conjunto edificado y el entorno natural de la Cueva Santa para recoger las necesidades actuales y futuras del santuario mariano y poder destinarlo a los usos definidos en la pastoral. Según el estudio catalán encargado dl proyecto, la mejora se completaría en una segunda etapa con la ordenación del entorno, la puesta en marcha de servicios generales e infraestructuras, así como la creación de nuevos edificios de acogida y centros de interpretación. En una tercera etapa se llevaría a cabo la ordenación de espacios exteriores de descanso. La cuarta etapa consistiría en la construcción de un ágora exterior, mientras que la quinta pasaría por la construcción de la Casa de Acogida y un centro de estudios marianos, así como la ordenación del entorno.