La alcaldesa de Castell de Castells, Rosa Pérez, del PP, se ha tomado a la tremenda los escritos presentados por tres miembros de una misma familia que le pedían medidas por las molestias que les genera un taller de coches situado junto a su vivienda. La munícipe ha denunciado ante la Guardia Civil por injurias y calumnias a estos tres vecinos, que ya han acudido a declarar al cuartel de Xaló y han reiterado que no tienen ningún problema personal con la alcaldesa.

La situación es kafkiana. Rosa Pérez, que ocupa la alcaldía desde 1995, exige que las quejas se le hagan llegar por escrito. Y eso hizo Salvador Verdú a finales de septiembre. Tiene un vado en su garaje, pero el taller contiguo estaciona allí sus coches. No sólo eso. A menudo los vehículos copan toda la plaza. En su escrito, preguntaba a la alcaldesa sobre la normativa de vados y la ocupación de la vía pública. También advertía de que el taller está junto a un barranco y genera residuos de aceite e incluso de chatarra y ruedas. Este vecino, para que no dejar lugar a dudas, adjuntaba numerosas fotografías. No hubo respuesta.

Salvador Verdú insistió el pasado día 20. Recordó que su familia sufre las molestias del taller desde hace más de dos años. Y criticó la pasividad del ayuntamiento. También se mostró muy molesto por que la alcaldesa atribuía sus quejas a "una guerra de familias". Este vecino cuestionaba la actitud democrática de la munícipe y le reprochaba que su cargo "no es eterno ni hereditario".

El hijo de Salvador, Pablo, también presentó otro escrito de queja. El ayuntamiento había retirado el único banco de la plaza y la dejaba totalmente libre para que el propietario del taller pudiera aparcar coches a sus anchas. Pablo expresaba su "malestar por esta última cacicada del Excelentísimo Ayuntamiento". Y subía un tanto el tono de las críticas al recriminar a la alcaldesa "características totalitarias y fascistas".

La respuesta de la popular Rosa Pérez fue acudir al cuartel de la Guardia Civil de Xaló y denunciar a padre e hijo. Pero también ha denunciado a María Amparo Reig, que es cuñada de Salvador. Todo este asunto todavía se torna más surrealista. María Amparo Reig, que tiene una discapacidad física del 68%, también presentó el pasado 20 de enero un escrito. Advertía a la alcaldesa de que un vehículo "depositado" en la calle desde hace más de medio año le dificultaba entrar a su plaza de garaje. Insistía en que no se trataba de un problema aislado, sino que toda la calle asemeja "un cementerio de vehículos". Esta vecina reproducía una conversación con la alcaldesa, quien se comprometió a pintar una raya amarilla en la vía pública. Pero, a día de hoy, el ayuntamiento no ha hecho nada.

El escrito de esta vecina no contenía ninguna otra crítica. Pero igualmente ha tenido que acudir al cuartel de Xaló a declarar por la denuncia por injurias y calumnias presentada contra ella por la munícipe.

Desde luego que estas denuncias han provocado sorpresa e indignación en esta familia, que no entiende una reacción tras desproporcionada y personal contra ellos cuando todo empezó con un escrito en el que le pedían que solucionara las molestias que cada día les genera el taller de reparación de coches que tienen de vecino.