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Un total de 53 de los casi 90 trabajadores de los cuatro centros que la asociación Aspadis gestiona en la Ribera han decidido donar sus pagas extra de Navidad y de verano para paliar la grave situación económica en que se encuentran. El sacerdote Vicente Aparicio, fundador y director de las residencias de discapacitados intelectuales, ha recurrido a la solidaridad de los empleados para suplir el impago de la Conselleria de Bienestar Social en la aportación que anualmente realiza. Según Aparicio, Aspadis recibe aportaciones en virtud de un convenio con la Generalitat, cantidades "graciables", dice, que se han visto reducidas en los últimos años a causa de la crisis. "Son aportaciones voluntarias. No están obligados a hacerlas", apostilla.

En una reunión celebrada en Polinyà de Xúquer y a la que acudieron 71 de los más de 80 trabajadores, 53 de ellos decidieron donar sus dos pagas para evitar que en un corto plazo de tiempo haya medidas más drásticas. Según fuentes del comité de empresa, no se ha cobrado la adenda que percibe el centro todos los años y que se suma a la subvención anual.

La fundación Aspadis cuenta con 4 centros en la Ribera que albergan a casi un centenar de discapacitados psíquicos profundos y caracteriales, entre ellos jóvenes en situación de abandono total y con dificultades socioeconómicas familiares. Según una de las cuidadoras de la Residencia Padre Poveda de Polinyà y miembro del comité de empresa, "el padre Aparicio lleva 30 años luchando por nosotros, por nuestros intereses como trabajadores y por el bien de estos niños. La donación de nuestras pagas es una forma de agradecérselo porque en 17 años que llevo aquí, el padre no ha dejado en ningún momento de velar por nuestros intereses y el de los niños llegando incluso a pedir préstamos para pagarnos y que siguiéramos desempeñando nuestra labor, por eso también pido la concienciación de la gente para que colabore como socios benefactores en una fundación sin ánimo de lucro y preocupada por estos niños a los que la sociedad y sus familias han dado la espalda".

Uno de los esfuerzos de Aparicio ha sido pedir un préstamo para evitar el cierre de los centros "y el desamparo de estos niños y jóvenes que confían en nosotros. La respuesta de mis trabajadores ante la grave situación me ha emocionado y llenado de satisfacción y estaré tremendamente agradecido por su confianza, ya que han demostrado que los más desfavorecidas son siempre los que más aportan a una buena causa".