Si existe una figura enigmática y curiosa en la Semana Santa de las tres comarcas del interior de Valencia es la de las Turutas de Ayora. Una turuta es un gran cono de metal rematado en su vértice por una pita de trompeta o trombón, que emite un sonido grave y lúgubre, que hace sonar un personaje llamado también turuta.

Esta tradición llegó a Ayora influenciada por la Semana Santa de Murcia, pues el arciprestazgo de la población perteneció a la diócesis de Orihuela hasta marzo de 1954, circunstancia que propició que las celebraciones pascuales en esta localidad tengan muchas particularidades con respecto a la mayoría de los pueblos de Valencia. Se conoce muy poco sobre su origen y se tiene por primera vez noticia oficial de su existencia en escritos de principios del siglo XVIII.

Mientras que las Turutas han desaparecido de la Semana Santa de Murcia, en Ayora todavía siguen vigentes. Como tal, esta tradición no tiene paralelo en España. Con el mismo nombre en Priego de Córdoba existen los Turutas de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que no son sino una banda de cornetas al uso.

El coordinador de las Turutas de Ayora, Antonio Gónzalez, explicó que la primera referencia que tienen sobre su participación en procesiones es de 1790 «aunque el origen es anterior y llegó a Ayora procedente de Murcia. Estuvo apunto de desaparecer en la década de 1980, pero hace unos diez años comenzó con fuerza. De cinco o seis personas que éramos ahora salen entre 50 y 83»».

«No somos una cofradía al uso —matizó— no tenemos estatutos y sólo se paga una cuota simbólica de 5 euros al año, aunque sólo es necesario tener la turuta y vestirse con la vesta negra y el capirote para salir en la procesión». En este sentido explicó que si fueran una hermandad como las demás, «las turutas ya no existirían, las mantenemos porque es una tradición única y que no supone una atadura para la gente».

Desfilan delante de las procesiones, sin ningún orden haciendo sonar la turuta que emite un sonido grave, el jueves anunciando el prendimiento de Jesús y el viernes de burla al nazareno, no obstante algunos expertos aseguran que los sonidos imitan los lamentos de Cristo «hace años el Jueves Santo por la noche los turutas subían al castillo y se pasaban toda la noche tocando», añadió.

En cuanto a la vesta, «la única condición es que sea negra, igual que el capirote, el tejido es indiferente al igual que su longitud, no es necesario que tape los pies del turuta» mientras que la turuta «se hace a mano, habitualmente de hierro galvanizado, las mas nuevas suenan diferente a las antiguas, en talleres de Ayora y Teresa de Cofrentes.