Hace un año el equipo de gobierno del Poble Nou de Benitatxell (Bloc y Ciudadanos de Centro Democrático) explicaba ante los vecinos todas sus decisiones, revelaba sin miedo los manejos del anterior gobierno del PP y creía en la transparencia. Pero de aquello ya nada queda. En un alarde de optimismo o de propensión al suicidio político, el alcalde, Josep Femenia, del Bloc, llevó el jueves a pleno el presupuesto, que asciende a 5,4 millones y cuya aprobación es básica para aplicar el plan de ajuste. Femenia explicó también que las cuentas desatascarían el pago de varios contratos de servicios. Pero el alcalde está en minoría y no había consensuado las cuentas. Sólo lo apoyan otro edil nacionalista, Manolo Segarra, y los dos de CCD. Los otros cuatro concejales del Bloc están en la oposición. Bueno, en realidad, ya son tres, porque en el pleno se dio cuenta de la renuncia al acta de Ana Gilabert.

Esos tres ediles críticos del Bloc y los cuatro del PP tumbaron el presupuesto y retrataron la extrema debilidad de un munícipe al que le queda un mundo de mandato y que se ve incapaz de encontrar apoyos. No es extraño que varios de los asistentes al pleno le advirtieran de que la situación política es insostenible y de que, en lugar de gobernar, "se agarra al sillón".

El alcalde se esforzó en defender que el presupuesto recorta los gastos e incrementa los ingresos de IBI (en total está previsto recaudar 2,2 millones), los de la piscina cubierta y los del alquiler de las antenas del Puig de la Llorença. También explicó que la actividad urbanística genera ahora poco más de 42.000 euros cuando en 2004 se rozaba el millón de euros.

Pero las críticas llegaron en tromba. La portavoz popular, Nieves García, cuestionó la contención del gasto y recordó que las cuentas del pasado año se quedaron en 4,6 millones y ahora suben a 5,4 millones. Son 800.000 euros más.

Tanto la edil del PP como el concejal del Bloc, Miquel García, que antes de que el alcalde lo destituyera, tenía, entre otras concejalías, la de Hacienda, insistieron en que el presupuesto no incluía la subida del IVA. El concejal crítico lamentó que el gobierno local, pese a estar en minoría, no hubiera tratado de buscar el consenso. Y se mostró sorprendido de que se prevea recortar gastos sin explicar cómo. Puso como ejemplo que se rebaje como por ensalmo el gasto de gasoil o el de electricidad. Miquel García lamentó que se deje sin partida el plan estratégico y el comercial y, en cambio, se destinen 90.000 euros a reformar el ayuntamiento. Dijo que el presupuesto que se llevó a pleno es "insostenible" y obliga a firmar más préstamos.

El gobierno en minoría vio resignado cómo la oposición le tumbaba el presupuesto, la subida de la tasa de la escuela de música y un convenio urbanístico por el que se aceptaba que una promotora saldara una deuda de 135.000 euros con la cesión de dos parcelas de uso terciario. Todos, eso sí, estuvieron de acuerdo en dejar sobre la mesa una factura de 2008 que sube a 6.688 euros y que es por pintar el cuartel de la Guardia Civil de Xàbia.

Los ediles críticos reclamaron del alcalde una explicación de por qué había destituido a Miquel García. Y Femenia acusó a sus excompañeros de gobierno de "irresponsables" y de, al dimitir, cometer un "acto de inmadurez política".