Los elevados costes de mantenimiento y el descenso de ingresos por la venta de entradas han obligado a varios ayuntamientos a privatizar la gestión de las piscinas municipales e incluso al cierre, como en el caso de Almassora. Aunque la situación es mucho peor en las piscinas cubiertas: a la fiebre municipal por este tipo de instalaciones con apenas rentabilidad se une la crítica situación de las arcas municipales.

Camp de Morvedre. Cierre a mediados de agosto

La crisis hace mella y varias piscinas municipales de la comarca están teniendo problemas para mantener el servicio. Un claro ejemplo son Benifairó y de Quart de les Valls, cuyos responsables políticos han reconocido que las «piscinas son deficitarias».

El primero de estos casos es el más alarmante, ya que los gastos de gestión superan los 10.000 euros y el ayuntamiento se está planteando el cierre de la piscina a mediados de agosto, cuando acaben los cursillos de natación. En Quart, mientras, la disminución de usuarios ha sido considerable, aunque, de momento, no se contempla tomar ninguna medida.

En el resto de poblaciones el número de bañistas no ha variado significativamente, aunque hay excepciones, como es el caso de Quartell, que este año ha duplicado la afluencia, a pesar de que por primera vez se haya tenido que pagar una tasa. Dada la situación del sector, algunas piscinas ofrecen otras alternativas. Destaca el caso de Quartell donde se está estudiando la posibilidad de realizar conciertos en el recinto para optimizarlo y darle un mayor aliciente veraniego al municipio.

La Costera/La Canal. Biblioteca en la piscina

Las piscinas públicas de la comarca se han librado, por el momento, de los recortes. Ninguna administración quiere prescindir de un servicio público que, durante el verano, se convierte en imprescindible para muchos vecinos. Y eso a pesar del carácter deficitario de las instalaciones, dado que el precio por entrada a penas cubre el sueldo de socorristas y empleados. Algunas corporaciones, sin embargo, como la de Benigànim, se han visto obligados a rebajar las entradas ante las quejas de los vecinos. La piscina del municipio de la Vall es de las más caras. Por arriba de la tabla se sitúan la de Ontinyent o las que se instalan en ese gran complejo que es la Ciutat de l’Esport de Xàtiva. En este caso, las críticas arreciaron en el momento de su apertura por los elevados precios, aunque posteriormente el ayuntamiento atribuyó a un error las tarifas. Lo cierto es que por un pase diario se pagan 4 euros y diez por un pase de diez baños. De ahí que muchos setabenses opten, cada vez más, por dejar la urbe para trasladarse hasta las piscinas de las pedanías. Otras piscinas, como la de la Font, este año aplicará descuentos para los desempleados y el ayuntamiento les rebajará hasta un 25 % en el pase. En Quesa y la Font, además, la biblioteca municipal se traslada a la piscina durante el periodo estival .

Valencia. Cierre rotatorio

La ciudad de Valencia cuenta con una veintena de piscinas municipales que tampoco escapan al plan de ahorro que han imprimido las administraciones. De las 14 piscinas cubiertas que gestiona la Fundación Deportiva Municipal, ya sea de forma directa o indirecta, hasta un total de 11 cerrarán sus puertas en algún momento del verano, a través de un sistema de rotación entre las instalaciones. Este método permite a los usuarios tener siempre disponible una instalación de este tipo a lo largo del verano.

Por otra parte, existen seis piscinas municipales descubiertas —Benicalap, Parque del Oeste, Castellar, Benimaclet, Hípica y Palmar— que funcionan a pleno rendimiento durante todo el verano.

l’Horta. Deuda de 112.000 euros

La piscina cubierta de Almàssera —que pasa por ser una de las más completas de la provincia en deportes adaptados— permanece cerrada desde que el pasado mayo la Federación d’Esports Adaptats (FESA) diera por finalizada su convenio de gestión y despidiese mediante un ERE a sus 17 trabajadores, nueve de ellos discapacitados.

«Una cosa es no ganar dinero, que no es nuestro objetivo. Pero otra es no poder asumir el coste que supone gestionar y mantener unas instalaciones de este tipo», justificó la presidenta de FESA, Pilar Javaloyas. Fue en el año 2001 cuando el ayuntamiento concedió a FESA la gestión de su recién creada piscina cubierta. Según EU, en ese primer año y en 2002 las pérdidas llegaron ya a los 49.743 euros. En 2010, la concesionaria presentó de nuevo cuentas negativas y solicitó al consistorio que se hiciese cargo de la deuda. El gobierno local no contestó y, según EU, en abril de 2012 FESA manifestó al ayuntamiento que arrastraba perdidas de 112.339 euros, por lo que solicitaba una aportación urgente de casi 100.000 euros. El ayuntamiento no atendió la solicitud de la concesionaria. Ahora, la piscina permanece cerrada.

La Marina Alta. Fiebre por las piscinas cubiertas

Las piscinas municipales al aire libre hace tiempo que están en declive en la Marina Alta. Los tres municipios de más población, Dénia, Xàbia y Calp, no tienen. La apuesta ha sido por las piscinas cubiertas. En Dénia, la piscina cubierta la gestiona Aqualia y está abierta todo el año. En Calp, igual. Era de gestión municipal, pero el actual gobierno (PP e Independents-Els Verds) tuvo que privatizarla ya que era muy deficitaria. Ahora la gestiona la empresa Gestkal XXI, la misma que también se hace cargo de la piscina municipal —también cubierta— de Benissa. Tal es la fiebre de las piscinas climatizadas que los ayuntamientos de Pedreguer y Gata, al inaugurar hace pocos años sus piscinas municipales, ya pidieron que se cubrieran.

La Ribera. Pérdidas de 80.000 euros

En la Ribera, Sumacàrcer invirtió hace un par de años 90.000 euros del Plan Zapatero para remodelar la piscina municipal con importantes fugas de agua. Además, el consistorio también gastó el año pasado 22.000 euros del Plan Provincial de Obras y Servicios (PPOS) en la reforma de la piscina de chapoteo. Más de 110.000 euros en un par de años. A Senyera tampoco le salen las cuentas. Su lujosa piscina reporta cada año más de 10.000 euros de gastos que no se sufragan con los ingresos de los pases y entradas.

La proliferación de piscinas cubiertas en la comarca ha obligado a competir por el cliente con una agresiva política de precios que, en algunos casos, se ha trasladado a la cuenta de resultados. En Alzira, la empresa que gestiona la piscina cerró 2011 con unas pérdidas de 80.000 euros tras la reducción de entre el 15 y el 20 % de los abonados y de las bonificaciones aprobadas el año anterior (2010) para determinados colectivos. No obstante, el caso más sangrante en la Ribera es el de Alberic. La piscina cubierta lleva prácticamente un año en seco, ya que tras el verano de 2011 la empresa adjudicataria renunció a abrir y solicitó la rescisión del contrato alegando que había acumulado un déficit de 250.000 euros en cinco años.

La Safor. Instalación compartida

En la Safor, las poblaciones de Ròtova y Alfauir, apenas separadas por poco más que la CV-70 estudian compartir gastos cerrando una de las dos piscinas. Los dos ayuntamientos ya han contactado, si bien por el momento no hay nada cerrado. Fue el alcalde de Ròtova, Toni García, quien en una de las reuniones que mantienen las poblaciones de la Vall del Vernissa planteó a su homólogo en Alfauir, Marc Garcia, la conveniencia de que ambos municipios compartieran piscina.

Alto Palancia. Altura e Higueras privatizan la gestión

En el Alto Palancia los municipios de Altura e Higueras se han visto en la obligación de privatizar sus piscinas municipales para poder ponerlas en marcha durante la temporada estival. En Altura, el ayuntamiento, por primera vez en su historia, ha tenido que dejar en manos privadadas la gestión de su piscina para poder abrir sus puertas este verano. Una medida que fue muy criticada por la oposición socialista por considerar la instalación como «uno de los emblemas del turismo de Altura desde hace más de 50 años». Una privatización que se aprobó en el pleno del pasado 30 de junio y en la que, según denunció en su día el PSPV, no se dio a conocer ni el canon que paga la empresa ni los años de la concesión. En el caso de Higueras, la concesión ha sido tan solo por esta temporada. Tal como ha comentado el alcalde, Francisco Gimeno, lejos de lo que se pueda pensar, la piscina de Higueras aporta beneficios al final del verano. Sin embargo, «el malestar generado por un vecino que está en constantes litigios con el consistorio ha hecho que finalmente la hayamos sacado a concesión durante esta temporada». a. monleón castelló