En medio de una crisis económica descomunal, con una deuda que ahoga al Ayuntamiento de Gandia y con una disminución de ingresos que llega a amenazar incluso la propia existencia de esta institución, a los dos principales partidos políticos de la ciudad, PP y PSPV-PSOE, les ha dado por incluir salsa rosa en sus comunicados de prensa.

Y no para hablar de forma subliminal, sino dando nombres y apellidos, revelando supuestos favores a personas con las que mantienen o han mantenido relaciones sentimentales y que han sido contratadas por el ayuntamiento. «Enchufados» en la terminología usada por ambos partidos.

En medio de las acusaciones de «enchufados» políticos que han tenido lugar en esta y en la anterior legislatura, el PP de Gandia emitió el pasado lunes un comunicado en el que señalaba que la compañera sentimental del exalcalde, José Manuel Orengo, había sido contratada como secretaria personal cuanto ostentaba la máxima responsabilidad en el ayuntamiento y que ella fue «la primera desenchufada» cuando Arturo Torró llegó a la alcaldía.

En el día de ayer la salsa rosa subió de tono y era el PSOE el que, a través de otro comunicado, acusaba al actual concejal de Hacienda, Guillermo Barber, de haber colocado en su departamento a una exmilitante de la Plataforma de Gandia que se pasó al PP. Y añadía que la mujer contratada «es ahora la nueva pareja sentimental del concejal Barber».

Minutos después, se supone que indignado por el comunicado, era el propio Guillermo Barber quien volvía a la carga y, como si de un particular «Tómbola» de Gandia se tratara, respondía con otro escrito indicando que «la exmujer y la actual compañera sentimental de Orengo ya no figuran entre las beneficiadas con grandes sueldos» del ayuntamiento. El concejal del PP se refería, por una parte, a quien fue su esposa, que durante un tiempo trabajó en Gandia Televisió, y, por otra, a la secretaria que el exalcalde de la ciudad tuvo en su última época.

No es la primera vez que las relaciones sentimentales de los concejales de Gandia entran a formar parte del debate político, aunque nunca hasta esta semana había alcanzado un nivel de crudeza tal como para llegar a señalar, con nombres y apellidos, a las personas que han mantenido relaciones sentimentales con los representantes públicos.

«Relación de amistad»

Hace unos meses, a raíz de la contratación de una mujer para desempeñar un cargo de alta responsabilidad en el Ayuntamiento de Gandia, el PSOE también emitió un comunicado en el que se aseguraba que la afectada, además de haber desempeñado funciones de alto rango en la Generalitat Valenciana, mantenía una «relación de amistad» con el alcalde, Arturo Torró. Hasta el momento, y a pesar de que durante la pasada campaña electoral de difundieron verbalmente cotilleos sobre cuestiones íntimas, las relaciones de pareja habían estado ausentes en los comunicados de prensa de los partidos políticos gandienses, algo que ahora se ha roto, en parte debido a la pésima relación que, también en el ámbito de lo personal, mantienen entre sí los representantes de los grupos municipales que integran la corporación local.

Un grado de crispación nunca visto en la ciudad

Nunca como ahora las relaciones políticas entre los distintos partidos de la ciudad había alcanzado un grado de crispación como el que se está evidenciando día a día en el Ayuntamiento de Gandia.

A diferencia de lo que ocurría en anteriores legislaturas, el hecho de que el PP alcanzara la mayoría absoluta y que el PSPV-PSOE se fuera a la oposición ha venido acompañado por una falta de relación absoluta entre estas dos fuerzas, y también entre el PP y el Bloc-Compromís.

El último ejemplo tuvo lugar el martes, cuando el PP decidió recortar en sueldos, desde el alcalde hasta la oposición, sin comunicarlo previamente a las personas del PSPV-PSOE y del Bloc-Compromís que, irremediablemente, iban a perder sus empleos y que tuvieron que enterarse a través de los medios de comunicación.

Desde hace meses responsables de los partidos políticos reconocen que, por causas que cada uno atribuye al contrario, se han dinamitado los puentes que durante décadas se han tendido para mantener relaciones políticas entre todos los grupos, independientemente de las diferencias de criterio que existían.

En la política local de Gandia lo que menos prima en este momento es el diálogo entre las distintas formaciones. A diferencia de lo que ha sido tradicional durante décadas, hoy resulta difícil encontrarse con concejales de todos los grupos que, al margen de los órganos colegiados, conversan sobre aspectos de la gestión municipal.