Momentos de pánico se pudieron ver en la plaza de toros portátil de Montroi cuando el toro Carbonero golpeó hasta romper las dos hojas de la puerta principal del recinto taurino y entrar en el interior de los barrotes. El astado reventó literalmente las puertas y se coló rápidamente en el callejón, adentrándose en su recorrido por el interior de los barrotes sin alcanzar a ningún aficionado, ya que la mayoría de espectadores cruzaron con rapidez los barrotes hacia el interior de la plaza. Aun así algunas personas terminaron contusionados al golpearse con algunos de los elementos de la plaza, como barrotes o escaleras.

Además se vivieron momentos de angustia, ya que eran muchas las personas que se encontraban tras los barrotes. En la grada muchos temían por su integridad física, ya que es casi improbable que el toro pueda acceder a la parte superior del graderío, pero tal y como relata un testigo, «muchos nos hicimos esa pregunta, ¿y si sube?»

Se celebraba la primera noche de la semana taurina de Montroi, con la participación de varias ganaderías, ente ellas la de la Hermanas Roser de Godelleta, propietarias del toro Carbonero. El toro, al salir al ruedo, pronto demostró su bravura embistiendo el entablado y golpeando los barrotes, de los que logró rompier uno, y doblando hasta 8 hierros. El astado, que cada vez golpeaba con más violencia, se acercó a la puerta principal de la plaza de toros cuando se vivieron los momentos de más tensión. Carbonero golpeó por primera vez la puerta de dos hojas de unos dos metros cada una, y al percatarse de que se movía una con sus acometidas, embistió con fuerza varias veces hasta que la abrió, y rápidamente se coló por el interior de los barrotes.

El morlaco recorrió una buena parte del callejón hasta que se topó con el pasillo de los toriles que le impedían el paso. Allí permaneció unos minutos, mientras la megafonía de la plaza insistía en tranquilizar a la gradería y al mismo tiempo rogaba a los recortadotes que no llamasen al animal. Mientras el toro permanecía en esa zona, los operarios enderezaron las puertas. Poco después el semental volvía al centro del ruedo.