El Ayuntamiento de Calp reaccionó ayer como un resorte tras conocer que la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente está tramitando la solicitud presentada por la empresa Niordseas, S. L., para instalar una gran piscifactoría marina frente a la bahía calpina. Esa instalación de acuicultura ocuparía nada menos que 475.000 metros cuadrados. Estaría a una milla náutica en dirección suroeste del puerto de Calp; es decir, se situaría frente a las playas de l'Arenal y el Borumbot. Resultaría imposible esconderla. Desde el centro urbano de Calp, que está elevado, se divisarían mar adentro las jaulas de engorde de pescado. El impacto visual es, por tanto, innegable.

Impacto en el fondo marino

La concejalía de Ordenación y Protección del Territorio, que dirige Ana Sala, ya avanzó ayer que presentará alegaciones contra el proyecto por su impacto paisajístico, medioambiental y por el daño que la granja marina ocasionaría en unos fondos marinos de gran valor ecológico. De hecho, una de las objeciones que se pone a estas piscifactorías marinas es que los excrementos de los peces que se engordan en cautividad generan contaminación.

El ayuntamiento dispone ahora de 30 días para materializar esas alegaciones. La solicitud de autorización para montar la piscifactoría se publicó ayer en el Diario Oficial de la Comunitat Valenciana.

Esta granja marina contaría con 56 jaulas para la cría de doradas, lubinas y corvinas. La empresa que la impulsa pretende trasladar aquí la actividad de las actuales piscifactorías de Altea y el Morro de Toix (Calp). Estas dos granjas deben desmantelarse pues ahora invaden los límites del parque natural de la Serra Gelada y del LIC (Lugar de Interés Comunitario) de la Serra Gelada e Ifac. Sin embargo, concentrar las dos instalaciones en una y desplazarla hacia el norte no parece la mejor solución. El consistorio calpino ya ha dejado claro que rechaza que esta granja marina vaya a parar a su bahía y frente a unas playas que reciben cada año a miles de turistas.