El retraso en cobrar la subvención de la Conselleria de Bienestar Social ha vuelto a colocar a la Asociación de Padres de Discapacitados Psíquicos Profundos en una situación "angustiosa". El director general y fundador de Aspadis, Vicente Aparicio, lanzó ayer un nuevo SOS: "Si no cobramos tendremos que cerrar. No tenemos dinero ni para la comida". Aspadis gestiona cuatro centros en la Ribera que atienden a 85 discapacitados psíquicos profundos y cuenta con una plantilla de 90 trabajadores. La aportación de la Generalitat -dos millones de euros- es la principal fuente de ingreso. "Estamos viviendo de préstamos bancarios y tengo que devolver 400.000 euros. Si pago podré volver a empeñarme, pero si no lo devuelvo los bancos no me darán más dinero. Necesito liquidez", imploró ayer Aparicio, que señaló que el cierre de los centros de Carcaixent, Alberic y Polinyà es una posibilidad real si no llega en los próximos días el dinero . "No es ninguna amenaza a nadie, es una realidad, si no cobro tendré que cerrar porque no puedo pagar nada. No puedo pagar al personal que bastante hace ya con venir a trabajar, ni dar de comer a los chicos ni pagar el autobús", relató Aparicio. "De aquí al 4 ó 5 de octubre necesito que llegue una inyección económica por parte de la Generalitat", concretó.

Aspadis recibió el 23 de julio un 30% de la subvención anual de la Generalitat, unos 600.000 euros según Aparicio, una cantidad que permitió hacer frente a los pagos que más apremiaban. El retraso en percibir ese dinero ya situó a Aspadis contra la espada y la pared y los problemas derivados de la falta de liquidez no han tardado en reproducirse ya que las aportaciones que realizan las familias de los residentes también se han reducido como consecuencia de la crisis.

El director general detalló que, en ejercicios anteriores, la conselleria pagaba en abril un 60% de la subvención y, una vez Aspadis justificaba el dinero, recibía el 40% restante de modo que "en octubre se había cobrado el 100% del dinero", explicó.