El Ayuntamiento de Gandia se ha vuelto a estrellar con la crítica realidad económica y no ha tenido más remedio que solicitar ayuda al Ministerio de Economía ante una situación financiera que, desde finales del pasado mes de septiembre, le impide pagar el importe de devolución de los créditos que tiene suscritos con varias entidades bancarias. Técnicamente, ahora sí puede decirse con total precisión que el consistorio de la capital de la Safor ha entrado en una situación de quiebra, dado que por sus propios medios es incapaz de hacer frente a los vencimientos de los créditos contraídos.

A esta situación se ha llegado no sólo por la abultada deuda municipal, algo que ya se conocía, sino por la suma de una catastrófica caída de los ingresos, hasta tal punto que el déficit presupuestario reconocido por el Gobierno local del PP supera el 20 %, cuatro veces más que el que Mariano Rajoy calcula para el conjunto de España en este mismo año 2012. La situación es de tal gravedad que el alcalde Arturo Torr, ordenó al concejal de Hacienda, Guillermo Barber, que transfiriera parte del dinero del que aún dispone el consistorio a una entidad financiera con la que el ayuntamiento no tiene deudas, de manera que desde ese depósito se puede garantizar el abono de los gastos más urgentes, entre los que destaca el capítulo de las nóminas de los trabajadores municipales y algunos servicios básicos.

Paralelamente Torró se ha reunido en Valencia con responsables de las entidades financieras que prestaron dinero al ayuntamiento para abrir un proceso que desemboque en la "renegociación" del pago de la deuda municipal, que asciende a 16,6 millones de euros hasta fin de 2013 y a más de 160 millones hasta 2022. En los dos meses y medio que faltan para que acabe 2012 el ayuntamiento debe encontrar 3,7 millones, pero a partir de 2014 tendrá que contemplar 20 millones anuales para ir devolviendo los préstamos bancarios.

Barber reconoció ayer la imposibilidad del ayuntamiento para financiarse por sí mismo y con el fin de evitar el embargo de los bancos, el alcalde está manteniendo contactos "al más alto nivel" con el Ministerio de Economía. La intención es no llegar al colapso de la Administración local, en cuyo caso el Estado podría tomar abiertamente las riendas del ayuntamiento.