Más de dos centenares de personas participaron ayer en la marcha «Pel futur del nostre tren» que discurrió entre Picassent y Villanueva de Castellón, primero a bordo de la línea 1 de metro y, posteriormente, a pie por las calles de esta última localidad.

La acción reivindicativa, convocada por Compromís, tenía como objetivo mostrar el apoyo de los ciudadanos de las poblaciones por donde discurre el histórico trenet al mantenimiento de esta infraestructura, así como reclamar una mejora del servicio en la línea 1 de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) que incluya un tren cada15 minutos los días laborables y cada media hora los festivos, una reducción del tiempo de viaje en un 30 por ciento, tarifas más asequibles y la recuperación de la tarjeta mensual joven con un descuento del 25 por ciento.

La protesta, que partió a bordo del convoy de 10.55 horas desde Picassent, fue sumando paulatinamente adeptos en todas las estaciones, especialmente en Alginet, Carlet y l´Alcúdia, y también en apeaderos como el de Benimodo hasta llegar al final, donde esperaban más de un centenar de personas, que recibieron a los viajeros al grito de «Volem el tren!».

Tras la llegada de la marcha, y en un ambiente festivo, una manifestación recorrió la localidad al ritmo de tabal i dolçaina. Jóvenes, jubilados, trabajadores, estudiantes y representantes políticos de la coalición en los ayuntamientos afectados desfilaron hasta la casa consistorial, donde la portavoz de Compromís en Carlet Maria Josep Ortega, fue la encargada de leer el manifiesto. En él, se advirtió de que la supresión de trenes, las subidas de tarifas o la privatización de servicios, «provocarán la muerte poco a poco de nuestro tren».

Además, la coalición denunció «una reducción de la calidad, ya que FGV, en la renovación de la Carta de Servicios de Metrovalencia, rebaja el compromiso de puntualidad del 94 al 90%, el de limpieza de trenes y estaciones del 100% al 95% y el de la atención a reclamaciones del 100% al 90%». Por otra parte, los convocantes reprocharon el incumplimiento de la Generalitat del Plan de Actuación de la Línea 1, anunciado en 2006 por el entonces presidente Camps. Aquel proyecto incluía que en 2010 se pasaría a una frecuencia de trenes cada cuarto de hora frente a los 45 minutos actuales -60 en fin de semana- y se prometía una disminución del tiempo de viaje.

Trastornos para los usuarios

Entre los viajeros de ayer la indignación era palpable. Levante-EMV habló con algunos y aseguraban que la supresión de trenes les ha provocado diversos trastornos en su vida cotidiana.

Un joven estudiante de Benimodo, Tonet Carmona, comentó que debido a la eliminación del tren de las 6.23 en febrero, «tuvimos que pactar con el profesor entrar media hora más tarde». Para no perder clases, este curso se ha visto obligado a alquilarse un piso en la capital. En Villanueva de Castellón, un grupo de jubiladas se preguntaba «qué haremos para ir a Valencia si nos quitan el tren». Y es que en muchas localidades de la Ribera este es el único medio de transporte público para moverse.