A media mañana de ayer los miembros de la plataforma Afectats per la Hipoteca (PAH) de la Safor que tenían pocas esperanzas de poder detener el desahucio de Josefa, Santiago y sus tres hijos, propietarios de una mumilde vivienda en la calle de l'Ermita de Oliva. El lanzamiento estaba previsto para las 13 horas y se había anunciado la presencia de la Guardia Civil, por lo que la "restistencia" se auguraba complicada. A pesar de ello, de nuevo la presión popular marcó las pautas y venció a una decisión judicial que iba a dejar en la calle y sin nada a una familia sin nada, paralizando, al menos de momento, un nuevo desahucio en la Safor, y ya son muchos los que esta asociación ha logrado. Durante la mañana se vivieron momentos de auténtica tensión, sobre todo cuando una ambulancia se acercó hasta el domicilio de esta familia para atender a Josefa, que padece varias enfermedades y una minusvalía física de casi el 70 %. Su marido se encuentra en paro desde hace meses y tienen tres hijos, dos de ellos menores. Las características de la familia hacían especialmente dramática la situación y, tal vez por ello fueron decenas los vecinos que, a lo largo de la mañana, se fueron acercando hasta la casa para unirse a los miembros de la PAH y ofrecer su apoyo y solidaridad a este matrimonio.

Antes de tener que ser atendida por los servicios sanitarios, y entre lágrimas, Josefa señalaba a este periódico que "nos encontramos en esta situación porque nos engañaron. Pedimos un crédito a una financiera para realizar reformas en la casa pero el dinero nunca llegó. A pesar de ello, nosotros estuvimos pagando durante un año 200 euros al mes, de los 600 que cobro de pensión, por un dinero que no teníamos y ahora la financiera nos reclama 50.000 euros", aseguraba la mujer, quien añadió que "no tenemos dónde ir".

La casa en la que residen había sido donada por parte de una mujer que conocía su complicada situación. Al fallecer esta, según explicó a Levante-EMV José Figueres, miembro del 15-M de la Safor, el marido de la anciana pidió a la familia de Josefa una cantidad de dinero. Para poder hacer frente a ese pago pidieron un préstamo a una financiera pero, según señalaron, el dinero nunca llegó. "Ahora, la financiera ha subastado la vivienda y la ha adjudicado al familiar de una persona vinculada a esta entidad", aseguró Figueres. Esta familia olivense recibió el apoyo de decenas de vecinos que al grito de "el pueblo unido, jamás será vencido" o "este desahucio lo vamos a parar" estuvieron toda la mañana haciendo guardia para intentar evitar el desahucio.

Alrededor de las 13.15 horas apareció la comisión judicial. Al comprobar que era imposible la entrada a la casa y ante la ausencia de la Guardia Civil, levantaron acta de comparecencia y suspendió el desahucio. "No sabemos cuánto tiempo tardarán en volver a poner una fecha de lanzamiento pero debemos estar prevenidos porque a la tercera va a ser difícil pararlo", aseguró Joan Cogollos, de la PAH.

La concejala de Bienestar Social, Paqui López, apuntó que "con la suspensión del desahucio ganamos tiempo para seguir trabajando con esta familia y busar una solución".