José Vicente Pons, del Bloc, ya es el nuevo alcalde de Benidoleig. Cuatro meses después de que los ediles del PSPV y el PP (sus partidos los han expulsado) lo apartaran del cargo con una moción de censura, Pons recupera la alcaldía. Pero deberá gobernar con el freno de mano. El juzgado ha anulado cautelarmente el voto de censura (la participación de ediles expulsados lo haría inviable), pero falta que llegue el veredicto definitivo sobre si fue legal o no. El culebrón no ha acabado. Y, además de esa sensación de provisionalidad política, el Bloc tiene sólo cuatro ediles y, por tanto, gobierna en minoría. El nuevo gobierno está maniatado. Pero Pons dijo ayer que se abstraerá de "la situación judicial" e incluso tenderá la mano a la oposición para lograr el máximo consenso.

El cambio de alcalde se realizó ayer en un pleno en el que todos los ediles acataron la anulación cautelar de la moción de censura. La ya exalcaldesa, María Dolores Ern, que militaba en el PSPV hasta que su partido la apartó por pactar con el PP, dijo que han recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana esa medida cautelar. Ern, al igual que hizo Pons en el pleno de la moción de censura del 2 de enero, felicitó al nuevo alcalde. Ayer no hubo ni un atisbo de crispación.

El gobierno del Bloc se enfrenta ahora a una contradicción importante. El ayuntamiento, en estos meses que ha sido alcaldesa María Dolores Ern, ha contratado a una abogada de Dénia para que defienda la legalidad de la moción de censura. Esa letrada trabajaría ahora en contra de los intereses del nuevo munícipe. El propio Pons ha preguntado en las últimas semanas cuánto le costaba esta abogada al consistorio. "Deberían pagarle ellos y no el ayuntamiento. Además, si no hubieran tenido el superávit que nosotros dejamos, tampoco la hubieran podido contratar".

Pons, además, gestionará ahora el presupuesto aprobado por los ediles expulsados del PSPV y el PP. El Bloc no lo apoyó. Pero el alcalde recalcó ayer que las cuentas no distan mucho de las que ellos presentaron en diciembre y la entonces oposición tumbó.

El alcalde apuntó una nota positiva en el desbarajuste político de Benidoleig. El ayuntamiento cerró el presupuesto de 2012 con un remanente positivo de 791.260 euros. De ese dinero, 274.296 euros son fondos líquidos, es decir, dinero contante y sonante.