Las alcaldesa de Carlet, María Ángeles Crespo, forzó ayer el protocolo durante la presencia en esta localidad del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y de la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, para lograr que ambos visitaran la residencia de discapacitados psíquicos la Llum, que atiende a enfermos de toda la provincia de Valencia, pero que sostiene el ayuntamiento por los continuados impagos de la Generalitat, que suman más de un millón de euros.

La alcaldesa se plantó ante los representantes del Consell y les dijo que el Ayuntamiento de Carlet se está planteado seriamente no renovar el convenio, harto de tener que adelantar el dinero que no llega de la Generalitat.

Presidencia del Consell había preparado el paseo de Fabra por la residencia de mayores para que durante hora y media el presidente se dedicara a saludar a los usuarios del centro. Con ello buscaba reforzar el discurso oficial que abunda en el esfuerzo que hace el Consell por pagar las deudas con los colectivos de mayores y discapacitados. Pero la alcaldesa de Carlet convenció a Fabra y a Sánchez Zaplana para que visitaran durante unos minutos la residencia. Allí les dijo que el Consell debe un millón de euros a la empresa que gestiona el centro, Clece, y que cuando acabe el actual convenio el ayuntamiento se plantea no renovarlo porque el Consell incumple su parte.

Este periódico confirmó que en el equipo de la consellera molestó que se forzara una visita que no estaba prevista y que dejaba en evidencia el discurso oficial, que es que el Consell se esfuerza en pagar sus deudas.