Rescatan con vida a un pescador de Calp tras permanecer dos horas desaparecido en alta mar

En el mar nunca hay que confiarse. Jaime Calvo Giner, un marinero experimentado de 38 años que forma parte de la tripulación del arrastrero Cantares de Calp, luchó ayer durante dos horas contra la desesperación, el mar y el agotamiento. La que era una jornada más de pesca, una jornada incluso tranquila ya que el mar estaba como un espejo, se torció en un segundo. Jaime, alrededor de las 11 horas, cuando los cinco tripulantes de este pesquero seguían la rutina de un día más, resbaló en cubierta y cayó al mar. Pidió auxilio, pero el ruido del motor ahogó sus gritos. Y el barco se alejó sin que nadie se diera cuenta de que Jaime ya no seguía a bordo.

El Cantares faenaba en ese momento a 25 millas de la costa. El náufrago se vio perdido para siempre. "Cuando ha llegado a puerto seguía muy nervioso y lloraba. Recordaba que había gritado y gritado y ninguno de nosotros podíamos oirle", indicó ayer Paco Catalá, el patrón del Cantares.

Catalá explicó a este diario que cuando este pescador cayó por la borda él estaba en el puente, medio dormido, mientras otro compañero pilotaba el barco; otro marinero se hallaba en la cocina y el cuarto, que es hijo del patrón, estaba en la litera, durmiendo. Una hora después, cuando todos ellos se disponían a almorzar, comprobaron, asustados, que faltaba Jaime. "Hemos dado en seguida la voz de alarma. Salvamento Marítimo ha enviado un helicóptero y unas ocho barcas de Calp y Altea se han unido a la búsqueda".

Los marineros del Cantares recogieron a toda prisa las redes. El barco volvió atrás. "Perder a alguien de la tripulación es terrible", afirmó el patrón.

Otro barco, el Cantalar, de Altea, seguía más o menos el rumbo del pesquero calpino. Sus tripulantes vieron a Jaime braceando desesperado cuando ya llevaba casi dos horas desaparecido en el mar. "Ha sido un milagro encontrarlo", admitió Catalá. "Nos han contado que estaba exhausto y que ya no podía haber aguantado mucho más a flote". Todos los marineros con los que habló este diario coincidían en que si el accidente hubiera ocurrido en invierno, cuando el mar está más frío y hay más marea, el pescador difícilmente hubiera sobrevivido a dos horas en el agua.

A las 16.30 horas, el Cantalar llegó al puerto de Calp y Jaime, que es natural de El Campello, pisó tierra firme. "Lo han llevado al médico, porque le dolía el costado y ha tragado agua. Pero está bien. Agotado, pero bien. Como patrón, tengo que dar las gracias a todas las barcas que han participado en el rescate", destacó, emocionado, Catalá.