Una de las mayores aportaciones del libro de Manel Arcos es que revela la existencia de una importante «sociedad clandestina» que apoyaba a la cuadrilla de «roders» o bandoleros de Josep de la Tona. Esa sociedad, equivalente a una mafia, les prestaba apoyo logístico, jurídico, económico.

La red secreta estaba formada por alcaldes, secretarios de ayuntamientos, guardias rurales, el notario de Ondara, Blai Frasquet, natural de Rafelcofer, abogados, terratenientes e incluso jueces.

La mano derecha de Josep de la Tona fue el abogado Miquel Durà, de Xaló, que vivía en Dénia emparentado con una familia rica de la localidad. El historiador Arcos señala que toda la trama era intocable porque estaba protegida. Al parecer, en casa de la Tia Xima, suegra de Joan Garcia, entonces alcalde de Benimeli, primo de Josep de la Tona, se escondió el dinero del «robatori de Benimassot». También estaba implicado un exalcalde de Sagra, los secretarios de los ayuntamientos de Sanet i els Negrals y Sagra y guardas municipales de Pedreguer y Sanet i els Negrals, entre otros.

El nuevo libro de Manel Arcos que aborda el suceso de Benimassot se gestó cuando el historiador dio una charla en esta pequeña localidad en agosto de hace dos veranos y se comprometió ante el alcalde y la gente del pueblo que volvería con una publicación escrita sobre el robo.

La presentación de la obra, editada por Tívoli y el Institut d´Estudis Comarcals de la Marina Alta, tendrá lugar el próximo martes a las nueve de la noche en la plaza Major de la localidad. Además del autor, al acto asistirá Pablo León Vidal, historiador.

Estudiar hasta el último detalle

En ciento sesenta páginas el libro se divide en tres capítulos: los hechos, las víctimas y los autores del robo. En una introducción el autor analiza la obra desde la óptica del mito y la leyenda.

La portada es la reproducción de un óleo del pintor alcoyano Emili Payà que representa la llegada de los «roders» a la puerta de la iglesia de Benimassot. Por primera vez aparece la vestimenta de los bandoleros valencianos de la época, «y no a la andaluza», lo que revela que se ha investigado en los archivos hasta el último detalle.

El prólogo es obra de la profesora de historia Teresa Ballester, de Pedreguer, la localidad de la que era oriundo el bandolero que dirigió el robo, Josep de la Tona.

En las más de 50 ilustraciones y fotografías aparecen los bocetos, imágenes y un plano del espacio geográfico en el que tuvo lugar la historia. Manel Arcos ha querido dedicar «El robatori de Benimassot» «a la meua terra, al meu país» y al recientemente fallecido Antoni-Lluís Carrió i Artigues.