Tres familias han tenido que ser desalojadas de sus viviendas en Vallada después de que el inmueble con el que colindan, abandonado y deshabitado, registrara el hundimiento parcial de su estructura, el pasado viernes. Los intensos episodios de precipitaciones que azotaron a la localidad la pasada semana podrían haber desencadenado los desprendimientos, aunque los vecinos ahora desalojados ya habían alertado en anteriores ocasiones del riesgo existente, dado el avanzado deterioro y la antigüedad de la finca afectada. El arquitecto municipal ha certificado la ruina del inmueble y alertado del riesgo de que la pared que lo une con la vivienda aledaña se derrumbe también.

A la espera de que la situación se solvente, los inquilinos de la misma llevan 4 días fuera de su residencia. Todos han sido acogidos por familiares y desconocen cuándo podrán regresar a sus casas. Ante la falta de respuesta de los propietarios del inmueble en ruina, el consistorio ha optado por actuar de oficio, contratando a una empresa para que se encargue del desescombro y proceda a demoler totalmente la estructura afectada para evitar males mayores. Posteriormente, según informó ayer el alcalde del municipio, Vicente Perales, cargará los gastos a quienes ejercen la propiedad de la finca, una herencia que comparten diversos hermanos de una familia, de los cuales, según ha podido saber este diario, ninguno reside en el municipio. Uno de los particulares ahora desalojados ya registró hace dos meses en el ayuntamiento un escrito solicitando al equipo de gobierno la intervención urgente en la vivienda. Vicent Peris asegura que una actuación preventiva hubiera solventado el problema "evitando lo que ha pasado". Los vecinos avisaron a la policía tras escuchar fuertes desprendimientos en la casa abandonada que por momentos sembraron el miedo e hicieron temer lo peor. Fuentes municipales indican que el ayuntamiento había requerido anteriormente a los propietarios de la antigua finca la necesidad de efectuar obras de consolidación, pero nunca ha habido respuesta. Tras el hundimiento, el alcalde ordenó la actuación de manera inmediata en el inmueble y los bomberos desalojaron a los vecinos colindantes. Pero el momento de regresar a sus hogares es incierto y éste no despeja las dudas.