La Asociación por la Defensa de la Naturaleza de Enguera, Adene, ha dado de baja del catálogo de árboles monumentales localizados en la sierra de la localidad un total de cuatro ejemplares característicos que han desaparecido del paraje por la propia acción de la naturaleza. Se trata del pino carrasco situado en el monte de la Era de Navalón, el almez de Villaseca, el olmo del barranco de Benacancil y el olmo del barranco de la Mota. Según explica el experto Santiago Sánchez en el último boletín que ha editado el colectivo ecologista, el primero de los ejemplares fue atacado por un hongo «que logró destruirlo después de haber soportado durante años la caída de varios rayos». El segundo de los árboles dados de baja fue debilitándose también por la acción de un hongo.

El viento y las intensas lluvias, señala Sánchez, acabaron con él. En cuanto a los olmos que han desaparecido de la sierra, sucumbieron hace poco tras ser atacados por la grafiosis, una enfermedad fúngica.

El grupo conformado en Adene para el seguimiento y la conservación de los árboles monumentales y singulares de Enguera ha iniciado una nueva campaña de mediación y actualización del catálogo existente de estos ejemplares. El proyecto, según explican desde la entidad conservacionista de la naturaleza, arrancó en 1991, cuando se realizaron las primeras mediciones de algunos árboles. Nueve años más tarde, en el 2000, el colectivo culminó las mediciones y completó el catálogo.