La parroquia de Sant Pere Apòstol de Tavernes de la Valldigna y el ayuntamiento de esta localidad han abierto un conflicto a raíz del intento de la institución eclesial de registrar a su nombre el calvario donde se encuentra la ermita del Crist de la Sang, patrón de la localidad, y otra ermita, en este caso de la Sant Llorença.

El sacerdote titular de Sant Pere, José Vicente Calza, señaló ayer que efectivamente la parroquia ha inscrito a nombre de la Iglesia no solo el calvario y la ermita de Sant Llorenç, sino también otros bienes de culto o de uso parroquial, como el mismo templo o la casa abadía. "Si es propiedad de la Iglesia lo normal es que se inscriba a su nombre", indicó el sacerdote, quien añadió que lo habitual era que hasta el fin de la dictadura de Franco la Iglesia no inscribiera nada a su nombre y que algunos ayuntamientos se aprovecharon de ello para ponerlos como bienes de titularidad municipal.

En el ayuntamiento, en cambio, no se habla de normalidad, sino más bien de la apertura de un conflicto entre las dos instituciones. Fuentes del Gobierno local, formado por Compromís y PSPV-PSOE, indicaron ayer que de los bienes que la Iglesia pretende inscribir a su nombre en el Registro de la Propiedad, al menos dos son de titularidad municipal y cuentan con ficha patrimonial en el ayuntamiento.

El primero y más importante es el calvario, un espacio de cerca de nueve mil metros cuadrados por donde discurren las procesiones de la "baixà" y la "pujà" del Cristo que figura en el inventario municipal desde 1975. Según señaló el concejal de Patrimonio, Víctor Borràs, entre 1977 y 1978 la parroquia de Sant Pere ya trató de registrar a su nombre ese espacio, que está calificado como zona verde y que, al no haberlo conseguido, ahora vuelve a intentarlo.

El ayuntamiento no tiene nada que decir sobre la ermita del Crist de la Sang, dado que considera que es propiedad de la Iglesia, pero se opondrá al proceso abierto para registrar el calvario a nombre de la parroquia. El concejal Borràs indica que, además de la ficha del inventario de propiedades municipales, el calvario es un espacio cuyo cuidado y mantenimiento corren a cargo del propio ayuntamiento.

Respecto a la ermita de Sant Llorenç, lo que ha hecho la parroquia ha sido inscribir el edificio, dado que está suficientemente acreditado que la parcela en la que se levanta es de propiedad municipal.

Este caso es uno más de los diferentes episodios similares protagonizados por la Iglesia en diferentes localidades valencianas.