La gamba roja es el Robespierre que ha llegado a Dénia para removerlo todo. La ciudad vive, en nombre de su preciado marisco, un momento de agitación que trasciende la gastronomía. Dénia busca un nuevo modelo económico que llene el vacío que ha dejado la quiebra urbanística. Ya fue revelador que, en el último pleno, la concejala de Turismo y también de Urbanismo, Pepa Font, confesara con un mohín de desencanto que no se atrevía a poner plazos a la aprobación del nuevo PGOU; en cambio, mudó el gesto y esbozó una sonrisa cuando dijo que sí Dénia logra el título de Ciudad Creativa de la Gastronomía (lo concede la Unesco) su modelo socioeconómico afrontará «un punto de inflexión».

Por tanto, la gamba roja es el motor de la revolución. El poder de este crustáceo se puso de nuevo ayer a prueba. Se celebró en el Mercat Municipal el tercer concurso de cocina creativa de la gamba roja. Cientos de visitantes pasaron por el mercado. No querían perderse a los ocho finalistas metidos en harina. El concurso es cocina en vivo y en directo. Los chefs le echan mucha imaginación. Pero saben que para el jurado, que preside el tres estrellas Michelin Quique Dacosta, es un mandamiento que a la gamba no se le hurte ni un ápice de su peculiar sabor a mar Mediterráneo.

Tras toda una mañana en los fogones, el máximo premio se lo llevó un cocinero casi de casa. Entre los finalistas, esta vez no había nadie de Dénia ni de la Marina Alta. Pero ganó Manuel Alonso Fominaya, del restaurante Casa Manolo de Daimús. Un chef de la Safor es medio paisano. «Estoy muy orgulloso y emocionado. Llegar a la final ya fue un premio. Ademas, aquí, en Dénia, juego casi en casa», afirmó el ganador.

El segundo premio fue para Joaquín Baeza Rufete, del restaurante Baeza&Rufete, de Alicante. Y el tercero viajó un poco más lejos. Lo logró José Miguel Moreno Ruiz, jefe de cocina del restaurante Tierra, de Torrico (Toledo).

Quique Dacosta destacó que este concurso y un producto tan especial como la gamba roja hacen que el mundo de la gastronomía «mire a Dénia». El cocinero dianense afirmó que el Mercat es el mejor escenario para un certamen de cocina. «Cualquier ciudad quiere tener un corazón tan palpitante como es este mercado», dijo. El tres estrellas Michelin se sumó encantado al homenaje que se le tributó a José Piera Puchol, Pepe el Pegolí. «Somos herederos de gente cómo él, que ha trabajado en esto día tras día».

Y, sí, el Pegolí ha dedicado toda su vida al negocio gastronómico. Sus padres, de Pego, abrieron a finales de los 50 un restaurante en Dénia especializado en paellas a leña. Pero Pepe Piera ya sabía de la fuerza de ese pelágico oro rojo que es la gamba. En 1964, al volver de la mili, se hizo cargo del restaurante y empezó a servir el marisco y pescado fresco que cada día compraba en la lonja. Fue una revolución. El negocio subió como la espuma y se convirtió en referente de la gamba roja. Hoy lo llevan sus hijas.