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Balance de una década

El problema de ser un BIC

El párroco de Santa Catalina de Alzira acusa a la conselleria de provocar con su pasividad que la iglesia esté peor conservada que antes y se plantea pedir que se anule esa protección

Las humedades afectan a la bóveda y la cúpula de la iglesia de Santa Catalina de Alzira. vicent m. pastor

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La declaración de la iglesia de Santa Catalina de Alzira como Bien de Interés Cultural (BIC) hace una década supuso un reconocimiento al valor patrimonial de un edificio con trazas del gótico primitivo de Reconquista sobre el que se realizaron reformas barrocas aunque, en la práctica, provocó también la paralización de las intervenciones que de forma progresiva había realizado la parroquia, entre las que destaca la rehabilitación de la portalada barroca. El párroco de Santa Catalina, Enrique Masiá, considera que, más que un logro, la declaración como BIC situó al templo en un «callejón sin salida» ante la pasividad de la Administración y no duda en señalar que, diez años después, el edificio está peor conservado que antes, por lo que considera que habría que plantearse seriamente solicitar la reversión de esa declaración como BIC.

Masiá subraya que los estudios realizados por el Instituto Valenciano de Tecnología de la Construcción en 2009 concluyeron que, pese a la presencia de algunas grietas, el edificio es «absolutamente estable», aunque advierte de que la iglesia tiene otras necesidades entre las que destaca la reparación de la cubierta para evitar las humedades que deterioran las pinturas interiores y que pueden derivar en otras afecciones más graves.

«Técnicamente, con la declaración de BIC, no se puede ni cambiar una llave de luz sin el permiso de la Conselleria de Cultura, pero la conselleria, por sistema, no contesta a nada y tampoco hace nada», expone el párroco, que considera que ha sido una década perdida para el edificio. «Diez años sin nada, no han venido a ver nada ni han contestado a ningún escrito», incide Masiá. El párroco, no obstante, reconoce una excepción. La archicofradía y la parroquia sí pudieron restaurar en 2009 el altar de Sant Bernat coincidiendo con el 400 aniversario de la imagen-relicario de los Santos Patronos de Alzira.

El párroco cifra en más de 720.000 euros la inversión que de forma progresiva había realizado la parroquia en diversas actuaciones. «No pedimos que nos rehabiliten la cubierta, sólo que nos dejen actuar, queremos lograr el permiso de la conselleria, pero no contesta», expone Masiá, mientras señala que, a parte de una reparación integral de la cubierta que permitiera también dar la forma exterior a la cúpula, ahora tapada por un casetón a dos aguas, también se debería acabar la cornisa y actuar en la parte trasera de la iglesia. El sacerdote reconoció que no ha solicitado autorización para actuar sobre la cubierta, aunque mantiene que el «silencio» es la respuesta habitual de la conselleria.

El Gobierno valenciano publicó en julio de 2004 el decreto por el que el Consell, a petición del Ayuntamiento de Alzira, declaraba el templo de Santa Catalina como BIC en la categoría de monumento, pero este mayor grado de protección, a juicio del párroco, se ha convertido en una traba para la conservación del edificio. «La propuesta partió del ayuntamiento, que tampoco ha tenido ningún interés, y nos encontramos ante un callejón sin salida en el que sólo veo dos soluciones, actuar sin permiso de nadie, lo que nos situaría en la ilegalidad, o en base a demostrar que el edificio estaba mejor conservado antes de declararlo BIC, pedir la reversión de esa declaración», advierte Masiá.

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