Las obras del hotel-albergue rural en el paraje de les Ermites de Vallada encaran su recta final. El ayuntamiento calcula que en junio podría inaugurarlo, aunque la forma en que se gestionará sigue siendo una incógnita.

Para conocer los detalles de esta rocambolesca historia que simboliza toda una época cabe remontarse a unos siete años atrás. El gobierno, del PP, anuncia un complejo turístico con casetas de madera y un ambicioso hotel municipal cuyas obras valora en 3 millones. La infraestructura iba a disponer de 25 habitaciones en el edificio principal, de dos plantas, y otras 30 en un una cabaña de madera anexa e independiente. Vallada, que hoy es uno de los municipios más endeudados de la Comunitat Valenciana, tuvo que rebajar el coste y, después de sucesivos retoques y modificados los trabajos quedaron limitados a un presupuesto de 600.000 euros.

El tijeretazo ha hecho que, al final, solo puedan habilitarse siete dormitorios. Eso sí, como cualquier gran obra, ésta no está exenta de sobrecostes. La actuación ha consumido todos los fondos previstos inicialmente y avanza con sobrecostes del 33%.

La diputación tuvo que salir al rescate. Gracias a las inyecciones extraordinarias, los trabajos se reanudaron con una aportación de 400.000 euros. La diputación destinó al hotel otros 50.000 euros y después 40.000 euros para evitar que la actuación se suspendiera. El 13 de marzo, Rus selló una nueva ayuda de 110.000 euros, que servirá para poner el broche final y finiquitar el accidentado proyecto, que terminará costando más de 800.000 euros, de los cuales el ayuntamiento aporta 200.000.

«Dinamizará la economía local»

La última fase se centra en los revestimientos y la carpintería interior del hotel. La constructora también tiene previsto instalar un ascensor. El modo de gestión «no está decidido», aunque el ejecutivo local se muestra convencido de que la infraestructura permitirá mejorar el flujo de visitantes en el esplendoroso paraje de Les Ermites. Aseguran que «potenciará y dinamizará el turismo de Vallada.