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Maltrato animal

Peleas de perros en la Ribera por 2.000 euros

Los animalistas detectan bregas ilegales en Alzira, Carlet, l'Alcúdia, Alginet y Algemesí - Sólo se accede por invitación de alguien que esté dentro y que se responsabiliza del recién llegado - Se pagan 10 euros por los canes que se roban para entrenar

Peleas de perros en la Ribera por 2.000 euros

Una grabación de una riña entre dos perros en el barrio de l'Alquerieta de Alzira ha propiciado que la policía practicara esta semana las primeras detenciones por un presunto caso de maltrato animal, aunque las imágenes son sólo una muestra de la sórdida realidad de este submundo. Se trata de un grupo de jóvenes que rodean a dos canes de razas potencialmente peligrosas que pelean a plena luz del día y en un espacio abierto. Parece más una demostración que una pelea organizada, ya que las reales presentan otros matices. Se celebran en espacios cerrados para controlar el acceso por «motivos de seguridad» sólo se accede por invitación de alguien que esté dentro y para vigilar las apuestas, que pueden alcanzar cifras elevadas.

El mapa de las peleas de perros tiene en la Ribera varios puntos calientes. El barrio de l'Alquerieta es uno, aunque desde el colectivo animalista señalan que también se celebran en l'Alcúdia, Carlet, Alginet y, en menor medida, en Algemesí. Detrás de las peleas hay toda una organización y varios tipos de negocios. Por una parte, el de las apuestas. Fuentes consultadas señalaron que sólo la entrada a una pelea celebrada en Carlet obligaba a un desembolso de 2.000 euros. Una vez dentro, las apuestas pueden alcanzar cifras muy superiores. En Carlet se habrían detectado peleas en la que han llegado a morir una docena de animales. Fuentes que investigan las peleas de perros apuntan que se trata de una especie de liga con varios escalones que tiene el centro en el barrio de Natzaret, en Valencia ciudad.

La organización de peleas con perros de presa como protagonistas tiene como consecuencia directa el robo de otros canes que, en unos casos, tras el oportuno entrenamiento, se utilizan en estas bregas ilegales aunque, si se trata de perros que no son de razas potencialmente peligrosas, se emplean para el entrenamiento de los más fuertes. En este caso, fuentes policiales señalan la zona del Forn de Carracosa, una amplia partida rural de Alzira con abundantes chalés y casas de campo, como un lugar en el que se han sucedido los robos de mascotas en los últimos meses. Una labor reservada a menores, que cobran diez euros por cada animal que aportan.

Desde colectivos animalistas subrayan que hay varias escalas para entrenar a los perros y, en el caso de aquellos «que no han probado la sangre de otro perros», los mantienen sin comer durante días para «soltar a dos perros hambrientos ante un trozo de carne y el instinto de supervivencia provoca una pelea sangrienta». Para mantener entrenados a perros que participan en las peleas con apuestas, se recurre a canes de razas no agresivas a los que se les inmoviliza la boca para evitar lesiones a los otros perros de pelea.

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