Entrevista | Santiago Martínez
"He encontrado en el Congo un 'garrofó' muy parecido al valenciano"
El vecino de Torrent dice que la "corrupción está muy generalizada y extendida" en el país africano donde trabaja

"He encontrado en el Congo un 'garrofó' muy parecido al valenciano"
Tomás Roselló | torrent
A este vecino de Torrent, que está pasando la Navidad con su familia, una oferta laboral hace dos años, en un período de paro estacional en su trabajo como profesor de formación ocupacional durante 20 años para el Servef, le llevó a ser el jefe de proyecto de una obra en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, en la que es vicepresidente de la «Casa de España». Una ciudad de nueve millones de habitantes en un país inestable en el ecuador de África a 7.000 kilómetros de distancia y 10 horas de avión, que se encuentra marcado por el saqueo de sus recursos naturales como el coltán, casiterita, uranio, oro, diamantes y cobre y la violencia sexual sobre las mujeres.
¿Por qué tuvo que emigrar a la República Democrática del Congo?
Porque estaba harto de esperar a ser llamado de la bolsa de expertos docentes del Servef y de soportar las continuas mentiras por parte de la Generalitat sobre la misma, ya que no se sigue el turno establecido a la hora de contratar a los profesores para los cursos de formación de empleo. Así que me apunté a una oferta de trabajo que vi por Internet para trabajar allí y acabé siendo el elegido de entre 400 candidatos.
¿Dónde reside allí?
Por mi seguridad vivo en un apartamento dentro del recinto del Grand Hotel Kinshasa en el distrito de Gombe, que me paga mi empresa junto con mis dietas.
¿En qué idiomas se comunica?
En francés, inglés y un poco de lingala, que es una lengua cooficial de la RDC.
¿Para quién trabaja y en qué consiste la obra que dirige?
Trabajo para una empresa de la Comunitat Valenciana de interiorismo y diseño, estamos ejecutando un proyecto en Kinshasa con los estándares de calidad europeos, para una persona relevante del mundo empresarial internacional.
¿A qué retos se enfrenta cada día en Kinshasa?
El problema son los suministros de materiales y contratar operarios que sepan trabajar, ya que muchas veces tienes que formarlos para que su labor cumpla con los estándares de calidad europeos. A esto se suma el tema de las tasas oficiales y las «tasas» no oficiales en los trámites, que hay que pagarlas por todo principalmente si eres blanco, ya que allí existe una especie de discriminación contra los blancos, un resentimiento que viene del pasado colonial belga del país. Y ese tipo de discriminación es doloroso para los europeos que vamos allí con otras ideas, a trabajar codo con codo con ellos y a dejar algo de lo que puedas aportar de tu cultura o de formación laboral.
¿Cuál es del día a día de sus operarios congoleños?
Ellos se levantan por la mañana, desayunan en casa y como los salarios son tan bajos tienen que encontrar el medio de conseguir la comida de mediodía, a pesar de que somos los que mejor pagamos de allí, más del 50% del salario habitual. En nuestro caso, debajo de la obra se pone una señora con un fogón de leña a preparar comida, que les pago muchas veces para que puedan trabajar con reservas de energía, dado que el clima al que estamos expuestos es ecuatorial , muy caluroso y húmedo. Además nuestra obra está muy cerca del río Congo, el segundo más caudaloso del mundo.
¿De qué otros países hay trabajadores en su obra?
De Egipto, Israel, España, Italia y Venezuela.
¿Cómo acabó de Vicepresidente de la Casa de España en Kinshasa?
En principio dos amigos y yo queríamos montar una sociedad gastronómica al estilo Vasco, ya que allí existe una colonia de 50-60 españoles, pero al final acabamos fundando una Casa de España. Una de las actividades que hacemos, es que muchos sábados cocino en el restaurante del Presidente de La Casa de España, Christian, un salmantino afincado en Kinshasa. Cocinamos entre otros platos puchero y paella (llevo hechas 93). De hecho allí he encontrado un «garrofó» libanés muy parecido al nuestro y hay «bajoqueta» redonda.
¿Alguna vez ha temido por su seguridad?
Sí, una vez sufrí un intento de secuestro exprés por un falso policía cuando iba dando un paseo en Kinshasa por el distrito de Gombe, teóricamente el más seguro del país. También me robaron el móvil yendo en taxi y tuve un accidente de tráfico, que es uno de los grandes problemas y una de las principales causas de mortalidad de la RDC. En mi caso, aunque el otro conductor se saltó un semáforo en rojo e iba sin seguro, me tocó pagar a mí y pedirle perdón por ser blanco.
¿Cuál es su dieta habitual?
Debido a que soy diabético, la comida del hotel a base de aceites vegetales muy fuertes y carnes como la de cocodrilo o antílope, entre otras, no me iban bien. Así que ahora me cocino yo una dieta similar a la que seguía en Torrent, aunque la cesta de la compra en los supermercados de Kinshasa me sale a unos precios desorbitados. Por ejemplo, una lechuga me cuesta 12 dólares, un melón 23 y una vez pagué por cinco naranjas 25 dólares porque eran valencianas de Xeraco.
¿Y la dieta típica del congolés?
Ésta es a base de mandioca que es un tubérculo que lo rallan, lo pastan y lo utilizan como si fuera pan. También comen cabra y pollo ahumado y sobretodo pescado seco y ahumado del río Congo, que ponen sobre fogatas de leña encendidas con bolsas de plástico.
¿Cómo son las condiciones de vida de niños y mujeres?
En el caso de la infancia, están los niños de la calle que van deambulando y que cuando son un poco más mayores se juntan en pandillas callejeras conocidas como «shegues» que van robando. Y en el de las mujeres, los problemas que tienen son de incestos y violaciones, pues es una comunidad muy cerrada donde se esconden, con un número muy elevado de casos al año. Ello conlleva el que padezcan todo tipo de enfermedades de transmisión sexual como el Sida.
¿Cómo es el acceso a la sanidad y los medicamentos?
La sanidad es privada y resulta inviable para los locales, ya que por un día de ingreso en un hospital te pueden llegar a cobrar 300 dólares, teniendo en cuenta que el sueldo medio es de 120 dólares y el de un policía 90. En el caso de los fármacos, los medicamentos de los laboratorios europeos son carísimos, por lo que ellos recurren a medicamentos chinos, pseudo genéricos en los que no se entiende nada.
¿A qué enfermedades se expone un trabajador como usted que viaje allí?
A la malaria, de la que me contagié a pesar de las precauciones por la picadura del mosquito portador del parásito y que es otra de las principales causas de mortalidad del país junto con el sida. También te expones a la fiebre amarilla y otras infecciones derivadas de los insectos y la fauna. Además, el agua que consumas debe de ser siempre embotellada.
¿Cuál es la situación de la corrupción?
La corrupción está muy generalizada y extendida a todos los niveles, sobre todo destacaría el caso de algunos policías, siendo uno de los problemas más grandes que tenemos los expatriados en Kinshasa. He tenido que pagar una 'tasa' conduciendo por parar en un paso de cebra mientras cruzaba un peatón.
¿Qué recomendaciones daría a una persona que le ofrezcan trabajar en Kinshasa?
Que se ponga todas las vacunas, las no obligatorias también. Son nueve en total, que vaya siempre con 100 dólares fraccionados en el bolsillo, por si ha de pagar alguna «tasa» y, sobre todo, prudencia.
¿Qué perspectivas laborales tiene?
Volver a Kinshasa en dos semanas y acabar este proyecto en dos o tres meses y después miraré a ver que deciden mis jefes.
¿Además de a la familia que es lo que más hecha de menos de aquí?
El poder pasear con libertad por la calle, mi tierra y que no puedo escuchar música en valenciano porque me emociono mucho. Me lo tengo prohibido.
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