La empresa municipal Procarsa de Carcaixent vuelve a estar en la picota. Esta vez por las preguntas a las que tuvieron que dar respuesta los candidatos a formar parte de la nueva bolsa de empleo de la entidad pública durante la entrevista individual a la que fueron convocados el pasado jueves, dentro del proceso de selección de trabajadores abierto por la mercantil.
Los entrevistadores formularon a cada aspirante cinco cuestiones al azar elegidas por los entrevistados, entre las que se encontraban algunas como «¿cuántos trimestres tiene un año?», «¿dónde está el Palau de la Marquesa?», ¿cuánto suman 9 más 8? o «¿dónde está la estatua de Julià Ribera?».
Esto ha generado las críticas del concejal no adscrito Carles Albert, quien ha denunciado que la entrevista no resultó ser tal, sino más bien una suerte de nuevo examen. Cabe señalar que con anterioridad, los candidatos ya tuvieron que pasar una prueba eliminatoria sobre conocimiento práctico. El edil de la oposición ha señalado además que con esta última fase se da fin a unas pruebas selectivas que entiende han sido poco transparentes „desconocimiento por parte de la oposición del inicio del proceso, problemas con la documentación de los candidatos, falta de concreción en las bases o escasa publicidad dada al proceso, enumera„, por lo que no ha dudado en calificarlas de «surrealistas».
Por otra parte, Albert ha expresado su contrariedad por el hecho de que la alcaldesa y otros tres concejales del equipo de gobierno formaran parte del tribunal calificador, como así aparece en las bases de la bolsa, circunstancia esta última que la primera edila, Lola Botella (PP), niega tajantemente. «Albert miente», ha afirmado Botella. «Desde que cambió la ley que lo prohíbe, ni yo ni ningún concejal hemos estado en tribunal alguno», función que, explica, ejercieron técnicos de la propia empresa.
