De urgencia y con muchísima premura. Así se van a tener que construir 25 nuevos nichos en el Cementerio Municipal de Benetússer debido a que, actualmente, apenas quedan cuatro sepulturas libres. Los nuevos espacios, que deben estar disponibles este mismo mes, correrán a cargo del presupuesto municipal aunque la Diputacion tiene en marcha un proyecto de ampliación del camposanto que, sin embargo, lleva un retraso enorme (casi un año) por cuestiones administrativas.
«El compromiso es tener acabados los nichos en tres semanas „explicó ayer la alcaldesa, la popular Laura Chulià„; calculamos que para el 20 de abril, o incluso antes, podrían estar ya disponibles. De hecho, la empresa trabaja los sábados y domingos para acelerar la edificación y tenerlos listos lo antes posible. Lo que esperamos es que no se necesiten antes».
Y es que la situación, que mantiene «muy preocupada» a la mandataria «por las consecuencias tan desagradables» que podría acarrear, como que alguno de sus vecinos «tuviese que recibir sepultura en otro pueblo», ha obligado al consistorio a actuar deprisa y corriendo. «No podemos esperar a que se ejecute el proyecto de la Diputación porque tenemos que tener nichos suficientes antes „detalló„. No me gustaría que nadie tuviese que enterrar a sus familiares en otro municipio porque aquí no hay sitio. Sería algo insólito y fuera de lugar».
Por eso, la opción más rápida que ha hallado Chulià es financiar la construcción urgente de unos cuantos espacios funerarios (estructuras prefabricadas que costarán 25.000 euros), a fin de garantizar a los vecinos disponibilidad hasta que se ejecute la ampliación que prevé la Diputación.
Una decisión plenaria
El proyecto comenzó a gestarse hace más de un año y la previsión era que estuviese finalizado el pasado verano. Sin embargo, el pleno municipal rechazó la construcción de los nuevos nichos (el equipo de gobierno local está en minoría) y provocó el retraso de todo el plan de edificación.
Aunque en la primavera pasada el consistorio había encargado el proyecto a un arquitecto técnico del municipio «para acelerar los trámites», la negativa del pleno obligó a la Diputación a licitar las obras directamente en vez de que lo hiciese el ayuntamiento, como habría ocurrido de haber recibido el visto bueno de la corporación.
Al sacar a concurso la entidad provincial la ampliación del cementerio, lo hizo desde el principio, con lo que hubo que elegir de nuevo arquitecto, esperar a que elaborase el proyecto y, una vez aprobado, licitar las obras de construcción. Lo largo del procedimiento supuso pagar dos veces por el mismo trabajo „el diseño primero del técnico local y, luego, el del contratado por la Diputación„ y, además, generó un gran retraso en los tiempos previstos de ejecución que, de momento, ya acumulan más de un año de demora.
«Desde que planteamos hacer nuevos nichos „detalló ayer Laura Chulià„, las obras siempre fueron prioritarias porque queríamos evitar una situación como ésta». Lo inusual del asunto, además, ha supuesto un desembolso extra del consistorio: 8.000 euros para pagar al aparejador local y 25.000 para sufragar las nuevas sepulturas que ya están en marcha.
