El Lluís Alcanyís de Xàtiva cerró ayer de manera temporal la quinta planta del edificio hospitalario para erradicar una plaga de chinches que trae de cabeza a la dirección del centro desde hace dos meses. La decisión mantendrá inhabilitadas un total de 36 camas durante aproximadamente ocho días, el tiempo estimado para culminar el tratamiento integral de limpieza y desinsectación que se va a desplegar en todas y cada una de las habitaciones que comparten el espacio, donde se ubica la unidad de Medicina Interna. El gerente del Departamento de Salud, Sergio García, explicó a Levante-EMV que los pacientes ingresados en los últimos días han sido redistribuidos en otras plantas y subrayó que la medida no afectará ni a la actividad quirúrgica ni a la asistencial, puesto que el centro dispone de 52 camas libres.

Según la versión del responsable, reiterada ayer por la Conselleria de Sanidad, la dirección del hospital coordinó una primera actuación con el servicio de Medicina Preventiva y la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales cuando se detectó que las chinches habían anidado en una de las habitaciones de la quinta planta, hace siete semanas. La sala fue precintada, fumigada y a continuación se procedió a sanear su interior con una pintura especial antiinsectos. Al cabo de unos días, los insectos volvieron a hacer acto de presencia en otras habitaciones e incluso llegaron a provocar picaduras «a algún acompañante» de los pacientes, según admitió el gerente del departamento. Las quejas de los trabajadores y usuarios no se hicieron esperar. Aunque Sanidad quiso recalcar ayer que desde hace dos semanas «no se han visto más chinches», el hospital ha optado por activar un plan de fumigación integral de la planta aprovechando el fin de semana, cuando no hay actividad quirúrgica. La medida irá sucedida de una limpieza en profundidad y una reforma del mobiliario de las habitaciones, donde podrían anidar los insectos. El proceso se prolongará al menos hasta el lunes 8 de junio, cuando está prevista la reapertura de la planta.

«Una situación tercermundista»

El responsable del área de salud tuvo que salir al paso ayer después de que Intersindical denunciara una situación que el sindicato califica de «tercermundista» y que atribuye a los recortes de personal de la empresa concesionaria de la limpieza. La organización considera que el hospital ha actuado «tarde», de manera improvisada y «sin la debida planificación» porque la plantilla afectada por el cierre de la planta desconoce todavía «qué días y dónde tienen que ir a trabajar». Para el sindicato, el centro ha procedido «con absoluta discrecionalidad» sin respetar «los turnos de trabajo» del personal asignado. Intersindical contradice además la versión oficial y sostiene que las quejas de los usuarios y trabajadores del centro por la presencia de chinches se remontan al mes de enero: «Cinco meses de molestias y picaduras que no tenían que haberse consentido», apostilla el sindicato.

Sergio García niega este último extremo y reitera que el hospital ha actuado «con exceso de celo» y en coordinación con las diferentes áreas implicadas «desde el primer momento» en que se detectó la presencia de los insectos.