José Manuel Haro sigue siendo alcalde de Chiva. Ahora hasta el jueves 2 de julio. El regidor tenía que haber hecho efectiva su dimisión en el pleno extraordinario que había convocado para ayer pero ante la sorpresa de la oposición lo desconvocó mediante una resolución de alcaldía.

Haro debe ser madrugador. El lunes de la semana pasada se personó en el ayuntamiento muy temprano para registrar un escrito de dimisión y, de esta manera, adelantarse a los seis partidos opositores que iban a presentar una moción de censura.

Alcanzada con éxito su maniobra para abortar la iniciativa de la oposición convocó un pleno extraordinario que debía celebrarse a las 9 de la mañana de ayer. Pues bien, el todavía alcalde de Chiva puso el despertador y las 8 cogió el teléfono para anunciar al concejal de Compromís, Emilio Morales, que había desconvocado la cita y luego, por whatsapp, le adjuntaba la resolución de alcaldía.

Haro, según le comunicó a Morales, justificó su decisión «para agotar los plazos». Según la ley, tiene 10 días y el jueves 2 de agosto „fecha en la que se celebrará el nuevo pleno extraordinario„ rozará el límite legal.

De todas formas, y pese a la suspensión del pleno, la oposición se plantó en el ayuntamiento. Estaba más sola que la una. La policía local de Chiva había impedido la entrada de los vecinos al hemiciclo y tampoco había rastro de José Manuel Haro. A las personas que habían acudido al pleno no les agradó la decisión y abuchearon al alcalde.

El regidor todavía tuvo tiempo para nombrar teniente de alcalde a la edil del PP Lara Ortiz, quien se convertirá en su sustituta desde el jueves hasta el pleno en el que se designará un nuevo alcalde de Chiva. Claro, eso en el caso de que se celebre o que Haro decida hacer marcha atrás y no presente la dimisión. Que en la localidad de la Hoya de Buñol todo es posible.