La actuación del Ballet de la Generalitat en la cantera que explota Lafarge en Sagunt no solo es noticia por la peculiaridad del marco escogido para dar vida a un espectáculo que CulturArts califica de «algo único» y la cementera ve «sin precedentes en España».

La seguridad del espectáculo y la necesidad de que cuente con todas las autorizaciones suscita posturas contrapuestas entre el ayuntamiento y la cementera e incluso el organismo de la Generalitat lanzó dos voces distintas: primero, la de una representante de la entidad, que en la presentación del acto aseguró que éste tenía todos los permisos; más tarde, el director general de CulturArts, José Luis Moreno, subrayaba a Levante-EMV que el ballet «participa a petición de Lafarge como invitado» y que «se atendrá a lo que determine el consistorio sobre las licencias».

La factoría exhibió ayer un informe de la ingeniería Inaval en el que ésta asegura haber realizado «el Plan de Autoprotección (plan de emergencia y evacuación) para dicho evento» y tener contratada «la realización de los certificados de revisión de las instalaciones eventuales necesarias», se anota en el documento. Además, el director de la fábrica, Miguel Ángel Urbano, aclaró que se ha recortado el aforo de 700 a 500 personas para que el espectáculo no fuera declarado de riesgo y así poder acogerse a la declaración responsable, sin necesidad de presentar un proyecto en el consistorio.

Horas antes, la concejal de Medio Ambiente de Sagunt, Teresa Garcia, cuestionó la existencia de los permisos. «Acabo de hablar con CulturArts y me han dicho que a día de hoy no se ha iniciado ningún trámite relacionado con las medidas de seguridad que se requieren para un espectáculo de este tipo. También nos hemos puesto en contacto con Gobernación y nos han dicho lo mismo». A este respecto, el director de Lafarge aportó una carta en la que se informa a esta conselleria del acto, aunque no se le solicita ningún tipo de permiso.

Según Garcia, el evento debe contar con el visto bueno de Minas, como así ha logrado la multinacional „según la documentación exhibida por Lafarge„; y otro de la Conselleria de Medio Ambiente que ratifique que la actividad es compatible, documento sobre el que la factoría no se pronunció. El director desmintió que el ayuntamiento no supiera nada, ya que «se les informó el 25 de junio», un extremo que la edil ha reconocido, aunque matiza que «no hay constancia de ningún permiso».