Dice el refrán que no es oro todo lo que reluce, y en el caso de las playas de Dénia y sus banderas azules, el dicho se cumple a la perfección. Así lo creen los miembros de Ecologistas en Acción quiénes han otorgado banderas negras a las playas de Les Deveses, la Marineta Casiana y la Punta del Raset, por presentar contaminación orgánica y deficiencias en la depuración de las aguas residuales.
En el informe anual, presentado hace unos días por la organización, se detalla, entre otras informaciones, la cantidad de elementos sólidos en suspensión, así como la presencia de bacterias presentes en el agua de las playas del litoral valenciano. Según explica una de las portavoces de Ecologistas en Acción, Lara García, tras la recopilación de información proporcionada por las plantas depuradoras de la zona y un análisis del agua de dichas playas, se observa la presencia de bacterias fecales como la Escherichia coli (E. Coli) o los Esterococos intestinales, en niveles superiores a los parámetros recomendados.
Según se apunta en el informe facilitado por la organización, la primera de las bacterias, medida en unidades formadoras de colonias (UFC) por cada 100 ml., debería situarse en las 250 UFC como cifra máxima para poder considerarse aguas con niveles bacterianos mínimos. En el caso de los Esterococos, el máximo recomendado es de 100 UFC por cada 100 ml.
Pero en la playa de Les Deveses, los niveles superan, en ambos casos, las 300 unidades. Según García, el informe pone en contradicho la asignación de banderas azules en algunas de las playas de la costa valenciana, como en la playa la Marineta Casiana, que a pesar de obtener el galardón este mismo año, sus niveles de E. Coli superan 350 las unidades permitidas. Aunque en el caso más grave se encuentra en la playa Punta del Raset dónde los niveles de E. Coli se sitúan en las 1.200 UFC/100 ml., 1050 unidades más de las permitidas.
Por todo ello, la portavoz de Ecologistas en Acción, afirma que ante las condiciones que presentan estas aguas, «el Ayuntamiento de Dénia debería prohibir el baño a la gente en estas tres zonas por cuestiones de salud». García y sus compañeros critican la falta de «implicación» de los consistorios y la Generalitat, quienes deberían, según apuntan, «destinar más inversión para paliar el problema, aplicar medidas más estrictas que las que existen y potenciar la educación medioambiental».
