El centro de recepción de visitantes del Castillo de Sagunt tendrá que esperar unos meses más hasta su apertura, pese a estar acabado desde hace cinco años tras una inversión de 1 millón de euros que no contempló el suministro eléctrico. Después de que el pleno acordara a finales del pasado año destinar 200.000 euros del plan de empleo con el propósito de «agilizar los trámites y abrirlo lo antes posible», el tripartito compuesto por Compromís, EU y ADN Morvedre tilda de «ridícula» esta solución y se ha negado a que el ayuntamiento destine ni un céntimo a este cometido, que a su juicio, «es competencia de la Generalitat», en palabras del concejal de Patrimonio Cultural, Pablo Abelleira.
Los retrasos en la apertura del centro se deben a «la falta de fondos de la conselleria, pero no tiene ningún sentido que una administración inferior subvencione a otra superior. Sagunto no debe pagar esa obra, debe hacerlo la Generalitat», insiste el portavoz en Sagunt de la marca de Podemos.
El tripartito ya ha anunciado que renegociará el convenio de colaboración por el que Sagunt se comprometía a financiar la instalación eléctrica, un documento, que según el responsable de Patrimonio y Contratación, Pepe Gil, estaba pendiente de la firma de la anterior consellera, MªJosé Catalá. Gil respondía de esta manera a las críticas del PP sobre el retraso en la adjudicación de esta obra.
«Nosotros lo dejamos todo cerrado a falta de la adjudicación», decía su antecesora, Laura Casans, afirmación que, según el edil de Compromís, no es real, ya que faltaba la firma del acuerdo con la Generalitat. Sin embargo, la popular insiste en que el documento fue aprobado por el Consell y la rúbrica pendiente no es impedimento para tirar adelante.
Revisión
Al margen de esta cuestión, desde el gobierno municipal se considera que el proyecto debe revisarse ya que la administración autonómica también tiene que mejorar los accesos del centro de visitantes, que no cumplen con a ley de accesibilidad al incluir varios escalones. Aunque este segundo aspecto «no impide su apertura, lo que no quiere decir que deba mejorarse», argumenta Abelleira.
