La Torre de Espioca, una construcción andalusí del siglo XII que goza de especcial protección patrimonial y que probablemente sea una de las más vistas de Valencia por su emplazamiento al borde de la carretera que enlaza la urbe con Alicante y Albacete, frente al centro penitenciario de Picassent, está al borde del desplome como consecuencia del abandono que sufre desde hace décadas. Así lo ha denunciado ante la Conselleria de Cultura un técnico especializado en Patrimonio que, además, no ha dudado en recordar al ente autonómico que si el propietario de la fortificación «hace caso omiso de su conservación», tal actitud «debería comportar la expropiación del bien por su peligro de desaparición», como establece «el artículo 21 de la Ley de Patrimonio de 1998».
La denuncia, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, adjunta un informe técnico sobre el estado actual del monumento (tiene esta categoría desde 1993) en el que se detalla que la torre, «de gran interés» y «uno de los bienes con mayores valores culturales de l'Horta», se encuentra «en peligro de colapso y desaparición». El riesgo, afirma, se debe a la existencia de «unas graves» e «importantes grietas verticales en las fachadas norte y sur» como consecuencia de «que, al menos desde 1960, no se realizan obras de conservación por parte de los propietarios».
La fortificación, además, ha perdido ya «sus forjados originales, lo que compromete su estabilidad».
