Durante décadas, la zona más bella y de mayor riqueza del bosque de la Vallesa, situada entre los términos de Paterna y Riba-roja, estaba vetada a los ciudadanos, ya que se trata de un recinto de titularidad privada y la superficie destinada a coto de caza está cercada. Sólo los más atrevidos osaban saltar el vallado de alambre de espinos y entrar a las propiedades de la familia Trénor, aunque se arriesgaban a ser denunciados por los guardas y multados.
Si durante años hubo cierta flexibilidad para algunos accesos irregulares por parte de la propiedad, desde la declaración del Parc Natural del Túria, que incluye a la Vallesa, en el año 2007, la negativa era rotunda y el control mayor. Los Trénor se opusieron inicialmente a la protección del bosque e interpusieron recursos en los tribunales, que perdieron.
Pero desde la pasada primavera, cuando la Conselleria de Medio Ambiente logró un convenio con la aristocrática familia, es posible participar en visitas oficiales, guiadas y organizadas, en grupos reducidos de vecinos, y descubrir parajes como el del llamado lago, un embalse que se suministra de agua del barranco, y el puente de acceso. Unas 300 personas han podido participar ya hasta el momento en estas excursiones, que organiza la oficina del Parc Natural del Túria.
El recorrido del pasado fin de semana arrancó del centro de la Canyada y siguió hasta la urbanización la Vallesa, donde se adentraron en el bosque.
La excursión incluyó un una visita a la red de trincheras y patrimonio bélico de la Guerra Civil que construyó el Ejército republicano. Los participantes en la marcha se sorprendieron del estado de abandono de esta red, que en muchos tramos está oculta por tierra, maleza y vertidos.
Casas nido
En la zona más boscosa, el recorrido pasó por puntos donde se han instalado casas nido para el murciélago autóctono —les permite cobijarse por el día y salir por la noche — y otros tramos donde se está realizando un tratamiento biológico contra el tomicus, que afecta a un área, todavía reducida, de la masa forestal. Una vez en el interior del coto de caza de los Trénor, la comitiva llegó al lago. En el tramo final del recorrido, el grupo atravesó la zona que se quemó en el gran incendio 1994, donde han proliferado cientos de pinos, que compiten unos con otros y apenas crecen.
El ascenso al yacimiento de la Lloma de Betxí, también de propiedad privada pero fuera del perímetro vallado, fue otro de los puntos del recorrido. Desde este poblado de la edad del bronce, donde la Diputación de Valencia realizó excavaciones durante años, la vista de todo el bosque de la Vallesa y el trazado del río es «espectacular», según los visitantes.
