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Medio ambiente

Les Salines de Calp, un frágil espejo de biodiversidad

El humedal ha recuperado con las últimas lluvias todo su esplendor tras un verano en el que, por la sequía y los fallos en el bombeo, agonizaba

Les Salines de Calp, un frágil espejo de biodiversidad

Les Salines de Calp es un ecosistema de extrema fragilidad en el que cualquier pequeño cambio conlleva una reacción en cadena. El humedal ha recuperado ahora, tras las lluvias del otoño, el esplendor perdido este verano cuando, por la extrema sequía y los fallos en el bombeo de agua de mar, el nivel bajó mucho y murieron decenas de peces por el aumento de la salinidad. Nunca se sabe si las lluvias le sentarán bien o mal al antiguo Saladar. Las escorrentías desde las avenidas que lo rodean pueden arrastrar agentes contaminantes. Pero esta vez el efecto, al menos a corto plazo, ha sido estupendo. La lámina de agua, sobre todo a primeras horas del día, asemeja un espejo perfectamente pulido. En él, se reflejan las torres de apartamentos que circundan les Salines. A ratos, parece que los flamencos (aquí invernarán más de un centenar) se quedan embobados, cual Narcisos, mirando su reflejo en el agua.

Para los ornitólogos, este otoño el humedal ofrece su mejor cara. En los días límpidos y claros, el cielo espejea en la bruñida superficie de un paraje natural que, en sus 41 hectáreas, esconde 173 especies de aves. El flamenco (Phoenicopterus ruber) es la que más llama la atención. Pero también hay pájaros más pequeños como la cigüeñuela o el chorlitejo patinegro de gran interés biológico.

Toda esa biodiversidad pende de un hilo. El calor y las variaciones de salinidad pueden ocasionar que el espejo se cubra de algas cladophoras o que el agua se ponga turbia, su nivel baje bruscamente y las orillas se cuarteen. Este paraje natural es tan frágil como cambiante.

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