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Tavernes de la Valldigna

Vacaciones sin barreras

La filosofía de una empresa de la Safor es que no existan límites en los viajes para las personas con movilidad reducida

Vacaciones sin barreras

Subir en catamarán, conocer la ruta de la horchata, visitar el museo del arroz en Sueca o la plaza redonda y la Ciutat de les Arts i les Ciències de Valencia. Son actividades de las que cualquier turista que llega a la costa mediterránea puede disfrutar. Hacerlas en una silla de ruedas o con la movilidad reducida es otra historia. De hecho, se puede tornar en toda una odisea, cuando no frustración, si los espacios no son accesibles a la condición del visitante.

Rita Olivera y Pilar Garcia creen que no deben existir límites para que una persona con discapacidad viva una experiencia inolvidable por los mejores paisajes de la Comunitat Valenciana y otros puntos del país. Por ello se han asociado y acaban de crear «NoLimits.life», una empresa radicada en Tavernes de la Valldigna, municipio del que ambas son naturales, que se encarga de ofrecer vacaciones totalmente accesibles dirigidas, sobre todo, a asociaciones, fundaciones y entidades que trabajan con personas que sufren algún tipo de discapacidad y a personas mayores.

¿Cómo lo hacen? Explotan el potencial turístico del entorno que ofrecen residencias de la tercera edad ubicadas en puntos como Simat de la Valldigna, Cullera, Benidorm, la playa de la Patacona, en Valencia, o Benimeli, entre otros, con las que han llegado a acuerdos para dar alojamiento a grupos vacacionales. «La ventaja de estos establecimientos respecto a los hoteles es que están concebidos bajo las más estrictas normas de accesibilidad, por lo tanto, para personas con silla de ruedas ofrecen todas las garantías y comodidad», explican en la oficina del Viver d'Empreses en la que han empezado «con mucha ilusión».

Para quien crea que en esos establecimientos solo se respira el ambiente del ocaso de la vida, nada más lejos de la realidad. En todas ellas existen alas dedicadas exclusivamente a turistas con discapacidad o movilidad reducida. «Es muy difícil que quienes pasan sus vacaciones aquí se mezclen con el resto de residentes», explican. «Tienen su propio espacio, su comedor, sus habitaciones separadas».

Además de un entorno inmejorable, alguno de estos centros residenciales cuenta hasta con piscina climatizada. En su cartera de establecimientos también hay algún hotel que es accesible, en Cullera. El servicio que reciben en estos establecimientos es envidiable. «Les esperan en la puerta, les llevan todo el equipaje hasta la habitación y están a su disposición en cualquier momento y disfrutan de una rica gastronomía, casi siempre, en pensión completa». La empresa de Rita y Pilar ofrece, incluso, transporte adaptado.

La gran ventaja, lógicamente, es que por esos centros pueden moverse con total independencia y comodidad, tanto ellos como los acompañantes. Y es que no hay que olvidar que el servicio está pensado, sobre todo, para viajes que organizan desde entidades. Y dar alojamiento a tanta gente y en silla de ruedas resulta complicado si no es un centro especializado. «Otro punto a favor que tienen las residencias como centro vacacional es que tienen asistencia sociosanitaria (médicos, enfermeros, etc) durante todo el día y, ante un caso de necesidad, los visitantes pueden ser atendidos rápidamente», indican las dos emprendedoras.

Excursiones accesibles

La estancia es el primer y más importante paso para la comodidad durante las vacaciones de personas con movilidad reducida. Pero Rita y Pilar van más allá. Desde su empresa organizan, si lo desean los visitantes, todo un itinerario accesible para hacer mucho más provechosa la visita. Desde excursiones y rutas hasta visitas a museos, monumentos y lugares próximos del entorno de las residencias. «Cuidamos que todo lo que hemos prometido a los grupos se cumpla». Para ello, antes de ofrecer un servicio, visitan los puntos y revisan que haya rampas, elevadores para salvar escaleras y baños adaptados, que nada se interponga en el camino de sus clientes. «Vamos incluso con el metro para medir los anchos de puertas y pasarelas y comprobar que cumplen con el ancho adecuado para que pueda pasar una silla de ruedas», apuntan. Buscan restaurantes accesibles donde puedan caber tanto las sillas como los acompañantes.

Hace un año que empezaron el proyecto. Su página web es la herramienta más importante. Les da transparencia y en ella está todo lo que ofrecen. Empezaron trabajando Comunitat Valenciana pero ya tienen como destinos, además, Murcia, Galicia y Navarra. Su reto es el mercado internacional.

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