Los campanarios de las parroquias de Sueca dejarán de marcar las señales horarias entre las 22 y 8 horas. Hasta la fecha, algunos de estos relojes dejaban de hacerlo después de las 24 horas hasta las 7 de la mañana. Las quejas planteadas por vecinos, de las que una de ellas llegó al Síndic de Greuges, condicionaron que la alcaldesa, Raquel Tamarit, convocase una reunión informal con los representantes eclesiásticos de las cinco parroquias de la zona urbana de la capital de la Ribera Baixa.
En el encuentro celebrado el miércoles les expuso a los tres sacerdotes asistentes que el ayuntamiento ha de hacer cumplir la normativa sobre contaminación acústica y la propia ordenanza municipal al respecto. «Yo siempre he defendido que hablando se entiende la gente», dijo ayer Tamarit a Levante-EMV. Por ello citó a los representantes de las parroquias, «en lugar de hacer la comunicación por escrito únicamente», para informarles personalmente de la existencia de la normativa a seguir. «Somos conscientes de que algunos ciudadanos han expresado quejas porque las campanas suenen en horario nocturno», añadió.
La alcaldesa manifestó que los sacerdotes se mostraron receptivos y agradecieron el encuentro. Y recordó que «ya hay parroquias que no hacían sonar las campanas por la noche». Tamarit asegura que actuó como mediadora en su condición de representante del ayuntamiento, «porque en esta sociedad debemos convivir todos juntos y mi deber es velar por el derecho al descanso».
Los sacerdotes pidieron un tiempo para ajustar los relojes de los campanarios porque no los programan ellos mismos, sino que lo hace un especialista. Y se comprometieron a que las campanas no marcarían las señales horarias de 22 a 8 horas.
«Con esta medida se intenta dar solución a las molestias que aseguran sufrir algunos vecinos» dijo la primera autoridad local antes de anunciar que ahora realizarán la comunicación formalmente por escrito.
«Pienso que esta reunión ha sido interesante para poder expresar e intercambiar impresiones y quiero agradecer el talante de los sacerdotes que en todo momento se mostraron comprensivos», concluyó Raquel Tamarit.
