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Denuncia

Vecinos de Alginet protestan porque gente sin recursos busca comida en contenedores

Una decena de personas con necesidades se cita cada tarde para recoger lo que vierte un supermercado - Los residentes se quejan del olor de los despojos y de la «pasividad» de consistorio

Vecinos de Alginet protestan porque gente sin recursos busca comida en contenedores

­Una comunidad de vecinos de Alginet convive cada día con la incómoda realidad de un país en crisis. Una decena de personas sin recursos se cita frente a un contenedor de basura instalado ante su vivienda para recoger los productos que vierte el supermercado situado en la planta baja del inmueble. Los vecinos se quejan del olor que emerge de algunos despojos y de los residuos que los recolectores dejan en ocasiones sobre la acera. Además, denuncian haber sido objeto de insultos y piden al consistorio que tome medidas.

Según ha comprobado Levante-EMV, una decena de personas „la mayoría mujeres de mediana edad„ se dan cita cada día sobre las 19 horas delante del edificio (situado en la calle Cervantes), esperando a que los trabajadores del supermercado depositen sobre las 20 horas en bolsas cerradas aquella comida que, sin estar en mal estado, se considera no apta para la venta. Se trata, en su mayoría, de frutas o verduras maduras y de comida envasada que acaba de caducar. Tras depositarse los desperdicios, ese grupo de menesterosos se apresura a recogerlos para llevárselos a casa, vaciando el contenido de las bolsas en la acera y repartiéndose la comida según las necesidades de cada uno. «Aquí hay patatas y verduras», informaba una mujer a las otras.

La recogida de productos molesta al vecindario, porque «los residuos que no les interesan se vierten encima de la acera, ensuciando la calle y trasmitiendo una penosa imagen» para Alginet. «No puedes ni caminar por esa acera del fuerte olor y de los restos de basura que se quedan», comentaban dos vecinos mientras atravesaban la calle Cervantes. Los residentes del edificio afectado, por su parte, explicaban que «los trabajadores del supermercado sí que se esfuerzan en limpiar la acera cuando se marcha esta gente, pero no es una solución». Se habló con ellos para que se les entregara a los menesterosos directamente la comida, pero alegaron «que no pueden hacerlo». Una vecina afirma haber sido insultada en numerosas ocasiones por los recolectores y lamenta que a veces no puede «entrar ni salir del edificio porque se sitúan delante de la puerta, obstruyéndola». Muchas de las personas que residen en las viviendas, temerosas, también optan por cruzar por la otra acera ante la reunión que cada tarde protagonizan estos indigentes. «Yo no me atrevo a bajar si no voy con mi marido».

Tres años pidiendo soluciones

La comunidad de vecinos, a través de su gestoría administrativa, remitió diferentes escritos al ayuntamiento para que buscara alguna solución, e incluso ha habido reuniones con el consistorio para tratar el tema, pero de momento no se encuentra ningún remedio. «Preguntamos por la posibilidad de poner los cubos subterráneos, pero es una opción que no se contempla por los cables de alta tensión enterrados». En algunas ocasiones, se han visto «obligados» a llamar a la Policía Local, que consigue disolver el grupo, pero «regresan al día siguiente». Ahora, volverán a recoger firmas de alginetenses para pedir al gobierno local que actúe con premura.

Una posible solución al problema sería que la empresa volviera a utilizar sus propios contenedores, instalados dentro de su almacén. «Conseguimos que el supermercado guardara su basura en su local, pero solo por unos meses. Argumentaban que les costaba 3.000€ al año que la empresa de recogida de basura recolectara la suya de dentro de su almacén y les era inviable pagarlo», comentan. Los vecinos también se quejan de que durante esos meses en los que guardaban la basura dentro, el portal del edificio olía mal porque «el almacén del supermercado no estaba bien acondicionado y se condensaba el mal olor».

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