De Valencia a Sagunt, de ahí a Burriana, pasando por Benicàssim, Alcalà de Xivert, Vinaròs, Sant Carles de la Ràpita, l'Ampolla y así hasta cubrir los 1.700 kilómetros hasta la Ciudad del Vaticano. Este es el peregrinaje que emprenderá el próximo 9 de julio Vicent Riera, un franciscano seglar de 66 años natural de Moncada. ¿El motivo? Su pasión por las rutas, por ayudar a los demás y por las ganas de poder hablar con el Papa.

Riera partirá desde la Puerta de los Hierros de la Seo. Entre la mochila, de más de 9 kilos de peso, portará las credenciales para que se las cuñen allí por donde pase. Pero no sólo para él. También portará las de cuatro enfermos que hubieran querido hacer el camino y no pueden. Entre su equipaje tampoco faltará un bastón de madera en el que lleva a modo de muescas todos los peregrinajes realizados, un botiquín, la cruz franciscana que colgará del cuello, el cinto con tres nudos de la orden, un sombrero y el calzado. «No voy con zapatillas o botas. Camino con una sandalias con un suela de dos centímetros», explica el seglar que detalla que los últimos kilómetros de cada ruta los hace descalzo.

En estos ochenta días de travesía irá pernoctando en conventos de órdenes franciscanas. Para ello lleva cartas firmadas por el Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada de Moncada y de la comisión de laicos de la archidiócesis para que le permitan la entrada. «Allí cenaré, dormiré y desayunaré, y luego a caminar», explica. Pero lograr estos documentos no fue fácil. Tras remitir varias cartas y correos electrónicos al arzobispado decidió plantarse allí en busca del propio Cañizares. El obispo auxiliar le atendió y consiguió las acreditaciones.

El recorrido será por carreteras nacionales y comarcales bordeando la costa en etapas de entre 25 y 30 kilómetros en función de la ubicación del convento en cada ciudad programada en su ruta. Durante cada día llevará dos pequeños bocadillos, barritas energéticas y abundante agua.Pese a tener el alojamiento gratuito calcula un presupuesto de alrededor de 6.000 euros. De ahí que se muestre abierto a patrocinadores.

El objetivo, una vez en el Vaticano, es poder hablar con el papa Francisco, aunque no desvela el contenido del mensaje. «Mi intención es llegar antes de que el Pontífice cierre en octubre la Puerta de la Misericordia» indica. También pretende visitar el convento de San Francisco. Además, apunta que espera poder contar en un libro todo lo sucedido en sus 80 días de viaje y que los beneficios vayan al 50% para Cáritas y la lucha contra el cáncer infantil.

Y es que a Vicent le encantan los peregrinajes. En los últimos diez años ha realizado el Camino de Santiago desde Roncesvalles y desde Tui (Portugal) en año jubilar, parte de la Ruta de la Plata o la Vía Francígena desde Lucca (Italia), donde recuerda que hay un trazado empedrado «donde San Francisco se quitó los zapatos y recorrió más de siete kilómetros en honor a los esclavos muertos», relata. Para esta aventura lleva meses entrenando con su mujer. «Andamos todos los días más de seis kilómetros y los domingos hacemos una ruta por caminos que bordean los pantanos», indica.