Restos humanos y diversos objetos de hace 4.500 años asociados a los ritos funerarios, como una quincena de puntas de flecha de sílex, han sido hallados en la última campaña de excavaciones de la Cova del Randero, en Pedreguer.

Las excavaciones se han centrado en la parte más profunda de la cueva, que dejó de habitarse para convertirse en una necrópolis. Entre las piezas más relevantes localizadas en la sala interior destaca una quincena de puntas de flecha de sílex de perfecta factura y sin ningún desgaste en sus filos, un hecho que revela que fueron elaboradas para acompañar a los difuntos ante la creencia de que pudieran necesitar hacer uso de ellas en la otra vida.

En este sentido, el director del proyecto, Jorge A. Soler, explicó que «estos objetos podrían formar parte de las ofrendas que los habitantes del valle dejaban junto a las personas relevantes de la comunidad, propias de finales del Neolítico».

Los primeros diagnósticos de los restos humanos hallados —dientes, vértebras y falanges de pies y manos— realizados por las especialistas en antropología física Consuelo Roca de Togores (MARQ) y Susana Gómez (Universidad de León) revelan una actividad intensa en la vida de los individuos, que no superaban los 30 años, así como una alimentación basada principalmente en el consumo de carne de ovicápridos.

Asimismo, durante el desarrollo de la campaña también se ha trabajado en la sala de la entrada, donde se ha realizado un sondeo con la finalidad de reconocer el uso que se le daba a la cavidad por parte de los cazadores y recolectores del valle, a los que previsiblemente se sitúa en una cronología centrada en el Magdaleniense.