Los planes de Power Electronics de instalarse en el polígono industrial Carrasses de Llíria en los próximos meses y de invertir 20 millones en esta localidad han sufrido un serio contratiempo. En julio pasado, el agente urbanizador del polígono, Bertolín, solicitó por registro de entrada del ayuntamiento una retasación de las obras de esta zona industrial por valor de 4,5 millones de euros.

Esta solicitud, que tiene que ser valorada por los técnicos de urbanismo de Llíria y ser aprobada por los responsables municipales, supone un encarecimiento del 9,38 % sobre el presupuesto de las obras, que fueron adjudicadas por más de 48,3 millones de euros. Por pronto que se agilicen los trámites administrativos, el traslado de Power Electronics a Llíria en la primera fase, en marzo de 2017, parece peligrar. Porque faltan por hacerse las infraestructuras externas de conexión de todo el polígono, que permitirían dotar de agua y luz a la zona industrial, que ocupa 1,2 millones de metros cuadrados. Construir esas infraestructuras es lo que el agente urbanizador valora en 4,5 millones y ese dinero deberá ser repercutido a los propietarios afectados por el PAI.

Paralelamente, Iberdrola acaba de comunicar al Ayuntamiento de Llíria que el convenio para construir la subestación eléctrica que abastezca a Carrasses en el futuro, que deben suscribir la compañía energética y el consistorio, ha sido pospuesto a mediados de septiembre. Por tanto, de momento, esta infraestructura está paralizada. El resultado es que la compra de la parcela de 90.000 m2 por parte de Power a Bertolín, en la que se instalará la multinacional, está paralizado, dado que los terrenos carecen de los servicios básicos para el arranque de su actividad industrial.