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Tradición

Donde todavía se cala la moruna

Una familia de Xàbia mantiene viva la tradición de este estilo de pesca fija, que llegó a practicarse desde Barcelona a Almería

Donde todavía se cala la moruna

El tío Quico es una eminencia entre los pescadores de Xàbia. Su familia fue de las primeras que en el municipio decidió utilizar el método de la pesca moruna, hace más de 45 años. Ya en aquellos años, junto a su hijo „que contaba solo con dos primaveras„ iban al Mar Menor para calar la moruna, un arte de pesca pasivo formado por una red que se instala de forma fija en un punto cercano perpendicular a la costa y que se señaliza con boyas. Con este sistema las especies quedan atrapadas en la red perpendicular que a su vez las redirige a través de los «caragols» a una especie de jaula, denominada «cup». Y es en el «cup» donde se acumulan las especies, que principalmente lecha, bonito, chopa, corvina, serviola y barracuda. La técnica actúa como una pequeña almadraba, otra técnica legendaria en el mar de la Marina.

El tío Quico es como conoce todo el mundo a Francisco Serrat Catalá. Sentado en una silla en las casitas junto al muelle pesquero de Xàbia atiende a Levante-EMV para explicar que la moruna „ahora casi extinguida„ se practicaba desde Barcelona a Almería. En Xàbia fueron las embarcaciones «La Madalena» ya desaparecida y «El Chatet» que es de su familia. En 2016, su hijo Pepe mantiene la tradición con la embarcación «Chatet dos» con la que obtuvo el permiso para calar la moruna en abril y mayo en la Cala Sardinera.

Cuenta el tío Quico que cuando se cala la moruna «los peces quedan dentro del cuadro, encerrados y allí permanecen vivos unas dos o tres semanas sin morirse». Cuando llega la noche, explica, «el pescado se quiere ir pero está en el "cup", de donde finalmente ya no puede salir». Y esa jaula, es la que recogen diariamente los pescadores que calan la moruna, para trasladar el pescado luego a la lonja.

Las morunas en Xàbia se sitúan principalmente en la Cala Sardinera, un emplazamiento cercano a los acantilados que jalonan la costa del término municipal. Entre el Cap Prim y la línea de costa es uno de los sitios que los pescadores han utilizado históricamente. Sin embargo, también es un destino privilegiado para las embarcaciones de recreo, con aguas muy cristalinas y la posibilidad de disfrutar de las especies marinas, así como la cercanía a calas sin acceso por tierra. Por ello, la convivencia entre los pescadores de la moruna y los patrones de las embarcaciones no es muy buena y la prueba son las lamentaciones de Francisco. La ley obliga a las embarcaciones a fondear a 200 metros de la moruna, pero ¿ quien se asegura el cumplimiento de la norma?

«Nosotros no decimos nada de que las personas no vayan» expone el pescador, pero exige a los patrones que «respeten la distancia que tienen» y se pregunta si no hay otras calas similares en Xàbia que tienen que ir a fondear donde están sus redes. Por ello, les invita a echar el ancla en las otras calas que no están balizadas.

De hecho, durante el segundo trimestre del año el hijo de Francisco, Pepe, mantuvo la moruna en la Cala Sardinera. Reconoce que trabajaron bien pero llegó un momento en que tuvieron que retirarla por que los barcos de recreo rompían las redes y «no merecía la pena». También los submarinistas han contribuido a que, según el tío Quico, tuvieran que retirarla, y es que a veces les rajaban las redes. Igualmente los pescadores furtivos les han generado problemas.

La familia Serrat quiere seguir con la pesca moruna, y la intención es volver a pedir el permiso el próximo año. Entonces se verá si la convivencia en el mar sigue y les dejan trabajar o tienen que levantar las redes antes incluso de sacar un beneficio de ellas.

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