El Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha solicitado a la Conselleria de Cultura que apruebe la calificación de bien de relevancia local para el acueducto romano de Porxinos. El objetivo es evitar su deterioro progresivo y, así, «aumentar las inversiones públicas al tiempo que se impide una posible especulación urbanística futura», explican fuentes municipales.
La petición del ayuntamiento, que fue aprobada en el consistorio por unanimidad del pleno, se extiende al búnker del Barranc de la Cabrasa y al Pont Vell. Con este movimiento, el consistorio pretende que se incluya a los tres conjuntos en un catálogo de bienes municipales que permita acometer a corto plazo planes de actuación para su restauración y fomentar un posible futuro uso como recurso turístico.
El acueducto de Porxinos, de época romana, formaba parte de una red hidráulica de la ribera sur del Turia. Sus restos están divididos en tres tramos, en evidente estado de deterioro, enclavados entre los parajes de les Rodanes de Vilamarxant y los montes del Frare de Riba-roja. Desde el consistorio apuntan que su deterioro se debe a «las diferentes avenidas de agua sufridas, la falta de mantenimiento y la acción humana».
La Conselleria de Cultura ya encargó en 1999 un proyecto de consolidación y protección de este elemento patrimonial de Riba-roja, pero pese a ello no se ha llevado a cabo ninguna actuación municipal desde entonces.
Por otra parte, el búnker del Barranc de la Cabrasa, incluido en la línea defensiva Puig-Carassol que construyó el bando republicano durante la Guerra Civil, se conserva en «buen estado», según el ayuntamiento.
El último elemento arquitectónico para el que piden protección, el Pont Vell, data del año 1761 y es el más antiguo que se conserva entre Valencia y Ademuz. Durante siglos sirvió como nexo en las relaciones de carácter local ya que desde allí partían numerosos caminos de acceso a localidades cercanas. La riada del 57 lo dejó inservible para el tránsito rodado.
