Miles de personas disfrutaron ayer del día grande de las fiestas tanto de los carnavales de Villar del Arzobispo como de Vinaròs, que hicieron vibrar tanto a los propios vecinos de ambas localidades como a los visitantes.

En Villar el gran desfile de disfraces, que comenzaba a las 16.30, estuvo amenizado por charangas llegadas de toda la geografía española, lo que da muestra de la repercusión que ha cogido esta cita de la comarca de Los Serranos con el paso de los años.

Al término del colorido desfile, la fiesta no se detuvo y la colla «Els Dimonis de Massalfassar» ofreció un correfoc, que precedió a la tradicional quema del Chinchoso en la hoguera, con la que se pretende convertir en cenizas todo lo malo ocurrido en el último año.

Ya a medianoche estaba previsto el gran entierro de la Morca, llevada a hombros por la comisión de fiestas, antes de un gran castillo de fuegos artificiales.

Un río de color en Vinaròs

Mientras, en el extremo norte de la Comunitat Valenciana, la expectación no fue menor en Vinaròs. Las calles de la ciudad castellonense se convirtieron en un auténtico río multicolor en el que las 33 comparsas del carnaval ofrecieron un espectáculo de imaginación, música y color que entusiasmó al numeroso público que asistió a presenciar la primera gran rúa del carnaval.

Un desfile que arrancó a las seis y media de la tarde y contó con unos 4.000 participantes, la práctica totalidad miembros de comparsas, aunque también participaron máscaras libres que iban detrás del Carnestoltes. Las 33 comparsas cuentan con unos 5.000 asociados aunque no todos se disfrazan en los desfiles.

Las comparsas mostraron un año más su imaginación con sus coloristas trajes que eran lucidos al ritmo de salsa, merengue o batucadas. Y en lo más alto de las carrozas las reinas con sus majestuosas fantasías, algunas llegan a medir hasta cinco metros y medio de alto, por unos cinco de ancho.

Entre el numeroso grupo de máscaras libres, que iban detrás de Carnestoltes, no faltaba la crítica a temas de la actualidad, tanto local como nacional y mundial.

Además, muchos comparseros invitan a bailar y participar de la fiesta al público que sigue los desfiles bien de pie o sentados.

La ciudad se quedó pequeña para dar cabida ayer a la gran cantidad de coches y autobuses que se fueron dando cita a lo largo del día.