En Chelva el Domingo de Pascua se celebra con el tradicional lanzamiento de Aleluyas. Las Aleluyas son estampas ilustradas que reproducen una xilografía del siglo XV, con la palabra Alleluia adornada con motivos vegetales. Deriva etimológicamente del hebreo Halleluiah: alabad al Señor, y se identifican con las estampas que al entonarse el Aleluya el Sábado Santo o al paso de una procesión se arrojan al pueblo.

Entre ellas figurarán las que la revista centenaria La Fénix Troyana de Chelva acaba de recuperar, que tienen su origen en el siglo XVII. La entidad cultural ha reproducido estas antiguas aleluyas en diferentes colores, y junto a las tradicionales, serán lanzadas desde el tejado de la iglesia arciprestal de Nuestra Señora de los Ángeles.

Este acto, que forma parte de la mística de la Semana Santa, ha perdurado a través de los siglos, siendo Chelva uno de los pocos municipios de España donde se sigue realizando. Chelva ha conservado la tradición desde época medieval. Después de la procesión del Encuentro, sobre las 9 horas de mañana domingo 16 de abril, desde lo alto de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, joya del Barroco Valenciano situada en pleno centro histórico, se dejan caer más de 20.000 aleluyas de varios colores, que sobrevuelan sobre la Plaza Mayor a la espera de ser atrapadas por cientos de personas que se congrega en la Plaza Mayor esperando poder coger el mayor número posible de Aleluyas. Tres personas son las agraciadas cada año con la oportunidad de subir a lanzar las estampas desde lo alto de la iglesia, tras un sorteo realizado entre todos los interesados que se inscriben semanas antes en el ayuntamiento. Jóvenes y mayores se disputan su propiedad, ya que la tradición asegura que si se conservan hasta el año siguiente te proporcionan buena suerte y te guardan de los «malos espíritus», para lo cual es aconsejable colocarlas detrás de puertas y ventanas formando una cruz.

La tradición religiosa se combina con supersticiones de carácter laico para dar lugar a una manifestación popular muy pintoresca que ha conseguido perdurar en Chelva con gran intensidad hasta nuestros días.