La Mesa de Contratación del Ayuntamiento de Llíria ha propuesto la adjudicación del servicio de recogida de animales en vía pública y control de colonias de gatos a la empresa Canino Ribamontes, ubicada en Cheste, con la que operaba el consistorio edetano hasta el momento.

La decisión se toma después de que en julio varias protectoras del Camp de Túria y València hicieran un llamamiento para que el consistorio no le diera el contrato a la otra empresa que presentó su oferta al concurso público, El Corralet de Vinaròs, a la que acusaban de estar «saturada» y de «sacrificar perros a los 20 días de llegar». De hecho, esta perrera está siendo investigada por la Guardia Civil por un supuesto delito de maltrato animal tras la denuncia de una protectora de Gandia.

Por entonces, según reconocieron fuentes municipales a este diario, esta última perrera se presentaba como favorita al concurso. Sin embargo, ahora el consistorio ha excluido su oferta «por no acreditar correctamente los requisitos necesarios en torno al núcleo zoológico designado, que no permite la acogida temporal de animales andantes». De este modo, propondrá la adjudicación del contrato a Ribamontes por dos años prorrogables a otros dos años más.