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Una vida entre coches y camiones

Más de 1.500 vehículos, muchos de ellos pesados, circulan cada día por una carretera de doble sentido que cruza el casco urbano de Pedralba - Los vecinos, hartos de las molestias provocadas por el ruido y la contaminación, exigen una variante

Una vida entre coches y camiones

Las calles de Pedralba no nacieron para el tráfico constante de vehículos. Sin embargo, el cambio de los tiempos y la dejadez de las administraciones, o sus enconados enfrentamientos, han provocado que en 2017 todavía circulen alrededor de 1.500 vehículos diarios por su casco urbano, muchos de ellos camiones pesados que buscan las naranjas de las cooperativas de este municipio de los Serranos y, sobre todo, de Bugarra. Mientras, los vecinos de las calles Colón y Acequia de Pedralba siguen sufriendo el ruido, la contaminación y otras incomodidades a las que deben acostumbrarse a falta de soluciones.

Nada más entrar al casco urbano por el sur del municipio se puede percibir cómo se estrechael vial. En algunos puntos, la calzada de la calle Acequia, llamada así porque por uno de sus lados discurre el agua junto a las viviendas, tan solo tiene unos 4 metros de ancho. Y la acera para peatones, apenas un metro. Por allí deben pasar camiones pesados y vehículos convencionales en ambos sentidos. Y, además, los ciudadanos de Pedralba cuando salen de sus casas por cualquier situación cotidiana. Cada vez que salen de sus casas deben enfrentarse a pie una "jungla" de coches y camiones junto a supermercados, hornos, bazares chino, talleres mecánicos, bares o farmacias.

"Es una carretera muy estrecha y si se cruzan dos de cara se montan unos embudos impresionantes", advierte Enrique, propietario del bar Frontón, sito en la calle Colón, que insiste en las grandes molestias que causa el tráfico a los vecinos tales como "el vocerío, el ruido, la contaminación o incluso problemas para dormir porque hay períodos en que mucha parte del tráfico es por la noche".

"Los cinco o seis meses que dura la temporada de la naranja, de noviembre a abril, no caben los camiones y se monta una buena gorda", detalla Vicente, un veterano vecino del municipio que defiende con vehemencia el proyecto de la variante sur, diseñado y aprobado por la diputación, pero que ha paralizado la Conselleria de Medio Ambiente por afectaciones al Parc Natural del Túria, lo que ha provocado que la administración provincial desista. "La oposición dice cosas que no tienen sentido, la nueva carretera no llegaría al río, eso está abandonado y lleno de maleza y zarzales porque la gente ya no lo quiere", critica Vicente.

No todo el mundo está de acuerdo en Pedralba con esta solución fallida. Esta diferencia de opiniones se aprecia en los balcones de la calle, donde se alternan carteles con la proclama "Variante Sur ya" con otros que dicen "Sí al desvío, pero no por el río". Joselina, también vecina de Pedralba, admite el problema del tráfico, pero cree que deben buscarse otras alternativas: "El desvío es urgente porque hay problemas incluso para andar, pero por el río no porque destrozaría aquella parte. Lo ideal es que se hiciera, pero por otra parte", declara.

Mientras tanto, la temporada de la naranja empieza de nuevo y los camiones ya desfilan hacia las cooperativas a pleno ritmo por las calles Acequia y Colón. Vuelven los tiempos duros. Vecinos y políticos lo saben, pero nada hace pensar que el problema se vaya a solucionar ni a corto ni a medio plazo.

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