La orden de precinto que el Ayuntamiento de Chiva tiene prevista ejecutar el viernes solo afecta a la zona de acampada del complejo Natur Caravaning, es decir, de las cinco áreas que comprenden el complejo, la única sin licencia de actividad es el asentamiento. El aparcamiento de caravanas, el taller, la tienda Ocio Nostrum y el restaurante La Pergola cuentan con toda la documentación para estar en regla y no ser perjudicados por la decisión tomada por el consistorio.

En el área implicada residen quince familias de forma regular que este viernes tendrían que dejar sus hogares tras la notificación de precinto por parte de la Policía Local. Cabe recordar que la Agència Valenciana de Turisme aceptó el proyecto de camping turístico cuando la propiedad solicitaba la Declaración de Interés Comunitario (DIC), un documento con el que pedían al ayuntamiento anular la orden y tramitar los escritos correspondientes, y que la empresa consiguió el 5 de diciembre.

Los afectados cuentan con el apoyo de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas y el Capitalismo de la Hoya que se reunirán hoy con los implicados y que mediaron para concertar un cita con el alcalde a las 13.30 horas según indicaron desde el colectivo antideshaucios.

Además, miembros de la oposición, entre ellos el PSPV local, también se reunieron el lunes con propietarios y clientes. "Habría que priorizar las necesidades de las personas, hay un número de familias que en estos días tan señalados se pueden quedar fuera de su hogar y con niños escolarizados en Chiva", señaló a Levante-EMV Norberto Máñez, miembro del PSPV de Chiva presente en la cita. "Tras 22 años en funcionamiento algunos derechos habrán adquirido los inquilinos, es una decisión precipitada e inhumana, más sin ninguna orden judicial", concluyó el socialista.

Reuniones con el alcalde

Por su parte, el alcalde de Chiva, Emilio Morales se reunió el lunes con un portavoz de cinco afectados que fueron a protestar al consistorio y ayer con ingenieros y departamento jurídico municipales para "ver cómo actuamos, aguantaremos hasta última hora para evitar el cierre pero la fecha se mantiene aunque me reuniré todas las veces que haga falta", explicó Morales.

El campamento aloja a gente que lleva hasta 17 años viviendo en sus parcelas. En sus inicios tan solo era un parking de caravanas y no había licencia para que los clientes pudieran pasar la noche en sus cubículos. Fue en 1995 cuando, a petición de los propios clientes, el parking pasó a ser un campamento sin licencia, por lo que ordenaron su cierre en 2001. Sin embargo, esta quedó prescrita y los antiguos propietarios iniciaron los trámites para conseguir una Declaración de Interés Comunitario (DIC) para campamento turístico.